Más allá de no cumplir con su promesa de no meterse ya en asuntos que le corresponden exclusivamente al partido Movimiento Ciudadano y de no distraerse con temas electorales, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez parece no sólo estar enredado con su narrativa sino también con la ruta a la que ha decidido llevar a su grupo político y a quienes ocupan un cargo de elección popular bajo las siglas de este partido.

De entrada, con su actitud ha colocado en un predicamento a la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano Jalisco que está obligada a cumplir con los estatutos y acatar el mandato de la dirigencia nacional y de sus órganos de autoridad. MC Jalisco es la representación estatal de un partido nacional, no es un grupo ajeno ni mucho menos simplemente de amigos o colegas, por lo que deberá de ceñirse a quien es su autoridad a nivel nacional. O sea, no deben tomarse muy en serio aquello de que son una franquicia estatal, pues aún las franquicias están obligadas a cumplir ciertas reglas.

Por lo tanto, Alfaro Ramírez debe de aclarar muy bien a quiénes se refiere cuando ayer declaró que “nosotros no acatamos órdenes de un dirigente partidista”. ¿Se refiere a él y a los integrantes de su gabinete? Entonces tiene razón. ¿Habla por todos los presidentes municipales y sus colaboradores en sus respectivos Ayuntamientos y a los diputados locales de Movimiento Ciudadano? Entonces es cuestionable, porque sería el primero en violentar aquello que él mismo presume y dijo en esa entrevista “banquetera”, pero que es parte central de su discurso: “Este es un movimiento de mujeres y hombres libres…”. Si él habla por esas “mujeres y hombres libres”, entonces hay que preguntarnos qué tan libres son.

Tiene razón cuando con todo histrionismo declaró que “nunca más, nunca más, en lo que me quede de vida en mi carrera política, volveré a ser presa de ningún burócrata de partido”, pero no le asiste la razón cuando afirma que “las decisiones que nosotros tomemos, las tomamos en Jalisco. Aquí no aceptamos órdenes ni imposiciones de nadie”, si esas decisiones tienen que ver con la vida interna de Movimiento Ciudadano e involucran a quienes son sus militantes en Jalisco. En decisiones del partido, esos militantes “no se mandan solos”, aunque él insista en asumir esa actitud pendenciera de que “aquí hemos desafiado la lógica de la política tradicional”.

El gobernador Alfaro tendría que precisar y ser más claro para explicar qué quiso decir cuando expresó: “En Jalisco tenemos un proyecto que tiene vida propia, y que si se decide excluirnos, si se decide ignorarnos, pues ya encontraremos qué hacer…”. ¿A quién se refiere cuando dice “tenemos”, en el que se incluye? ¿A su gabinete? ¿A su grupo político que no está afiliado a MC?¿A los militantes de MC que son parte de su grupo político y a quienes ocupan un cargo de elección popular? ¿Y a qué “proyecto con vida propia” se refiere? Si dcho “proyecto con vida propia” no tiene nada que ver con Movimiento Ciudadano, entonces no debe preocuparse. Pero si involucra al partido que encabeza Dante Delgado, entonces vuelve a poner “contra la pared” a quienes le deben respeto y acatar la autoridad de la dirigencia nacional.

Y peor aún: ¿Qué quiso decir con eso de que “si se decide excluirnos, si se decide ignorarnos”? ¿De dónde cree que quieren excluirlos o ignorarlos? ¿De Movimiento Ciudadano del que nunca fui militante y con el que rompió toda relación desde el 7 de julio y lo reafirmó el pasado 22 de agosto, al igual que con su dirigencia nacional? Además, ¿quién quiere “excluirlos” o “ignorarlos”? ¿Dante Delgado o quién?¿Por qué se incluye él, si nunca es mencionado por la dirigencia nacional ni en sus declaraciones ni en sus desplegados? Al parecer, para Dante públicamente Enrique Alfaro ya no existe como personaje político con una relación con Movimiento Ciudadano.

Algo más. Enrique Alfaro se pone “sacos” y se da por aludido, sin que sea mencionado por su nombre, como cuando ayer dijo que “leía al final de su carta (de Dante) que decía que había que cambiar la historia y no repetirla; pues yo simplemente diría: la historia que yo me comprometí a cambiar, ya la cambié…”. ¿Dónde carambas Dante mencionó a Alfaro?

Pero hay más en esta madeja de declaraciones de Alfaro Ramírez, como cuando declaró que “si podemos transitar con esa marca (la de Movimiento Ciudadano), pues qué bueno…”. Ya no entendí. Rompió con MC, declaró que ya no participaría en las decisiones de MC, dijo que no quería saber nada de MC, ¿y ahora está esperanzado a seguir transitando con la marca de Movimiento Ciudadano?

Y lo último, que seguramente no pasó desapercibido para Damte Delgado. Dijo que el Plan “A” de él, de Enrique Alfaro Ramírez, y de su grupo político “sigue siendo poder generar un escenario distinto al interior de Movimiento Ciudadano…”. ¿Rompió o no de Movimiento Ciudadano? ¿Por qué si ya nada tiene que ver con MC, sigue hablando de que el plan es continuar dentro de este partido? ¿Que, acaso, esa postura corresponde plantearla a quien sea militante de Movimiento Ciudadano y pertenezcaal Grupo Jalisco que, políticamente, aún liderea Alfaro? Reitero: ¿O él seguirá siendo vocero de los emecistas de su grupo político? ¿Que, acaso, siendo ellos “mujeres y hombres libres” no pueden hablar por sí solos?

Lo que deja ver las declaraciones que ayer hizo el gobernador Alfaro a los reporteros, es que se metió a un laberinto del que ya no sabe cómo salir. Y lo peor, se llevó con él a todo su grupo político, militantes y no de Movimiento Ciudadano.

Creo que luego de sus deslindes de Movimiento Ciudadano y su rompimiento con Dante Delgado, lo menos que se puede esperar de Alfaro Ramírez es que guarde silencio sobre esta “agenda que ya no está en mi cancha” y designe un “vocero” para que diga lo que él quiere decir, pero ya no debería de decirlo.