Cómo le cuesta trabajo al gobernador Enrique Alfaro Ramírez cumplir con su palabra de que “yo estaré concentrado en ser gobernador y no distraerme con temas electorales”, como declaró el pasado 22, y ayer -a diferencia de otras ocasiones cuando sin ningún problema corta de tajo las entrevistas cuando el tema no le gusta o le es incómodo-, se puso en “modo”: “pregúntenme lo que quieran”, y no dudó en contestar los cuestionamiento sobre el desplegado que publicó también ayer por la mañana, muy temprano, Dante Delgado Rannauro, dirigente nacional y dueño del partido Movimiento Ciudadano.

Aún ayer, abordado por los reporteros´sobre lo publicado por Dante y la invitación a sumarse que les hicieron los dirigentes de los partidos del Frente Amplio, declaró que “yo estoy muy concentrado; como ya les dije, estas agendas no están en mi cancha”, pero no dudó para hablar ampliamente de esas “agendas que no están en mi cancha”, incluso haciendo las pausas necesarias para que los reporteros le siguieran preguntando sobre el tema.

Lo declarado ayer por Enrique Alfaro demostró que su enfrentamiento con Dante no tiene retorno a los días antes de aquel 7 de julio cuando rompió con Movimiento Ciudadano y el dirigente nacional. Declarar que Delgado Rannauro está “fuera de control” y “declarando cosas de manera muy desesperada”, no creo que hayan caído muy bien en el ánimo del veracruzano, del que agregó que “ojalá recapacite, ojalá reconsidere, por el bien de él, sobre todo”, ya que “no merece acabar haciendo esos papeles”.

Sin duda palabras fuertes para el dirigente nacional de MC, de quien, incluso, ya no quiso decir más de lo mucho que seguramente le conoce: “Lamento mucho lo que le está pasando a Dante… eh… y no voy a decir nada… lamento mucho lo que le está pasando”. ¿Que es eso que Alfaro ya no quiso decir de Dante Delgado? Un misterio, sin duda.

Pero sin mencionarlo por su nombre, señaló también a quien considera responsable de lo que sucede al interior de Movimiento Ciudadano: Jorge Álvarez Maynez, diputado y coordinador de la bancada emecista en la Cámara de Diputados. No hay que “romperse la cabeza” para saber que se refería a él cuando dijo: “Cuando escucho a personajes que nunca han ganado una elección, declarar y declarar que le pueden ganar al PAN, al PRI y a Morena, pues les digo que aquí en Jalisco su servidor ya les ganó (…); yo no lo declaro, yo lo hago.

“Y los que están ahí dando opiniones y subiendo tuits y haciendo tiktoks, pues son los que están nublando la visión de un dirigente que yo esperaría tomara otra actitud…”.

Y si bien Alfaro insiste en que “esta agenda no está en mi cancha” y que no se distraerá con temas electorales, la verdad es que él mismo no quiere sustraerse de ellos e, incluso, declara como jefe político del Grupo Jalisco -con lo que contradice sus propias palabras-, y advierte: “Nosotros no acatamos órdenes de un dirigente partidista”. ¿Nosotros? ¿Qué no había dicho que él ya no se metería en asuntos de Movimiento Ciudadano? Si no es militante de MC, si ya rompió con Dante y con el propio partido, ¿por qué insiste en desmentirse así mismo?

Pero no sólo eso, sino que, además, pese a insistir en que “no es un tema del que yo vaya a seguir opinando” asume el papel de vocero del grupo que él mismo liderea. Y con esa calidad, ayer anunció, siempre hablando en plural: “En su momento daremos una posición; y en estos días, el equipo político que hemos formado, que siempre me ha ayudado, y que siempre tendrá mi apoyo y mi respaldo, platicaremos sobre lo que sigue…”.

Y luego trató de matizar: “Estoy seguro que ellos tomarán las decisiones correctas..”. Pero el inconsciente lo traicionó: “Las decisiones que nosotros tomemos -¿nosotros? ¿no que él ya no se iba a involucrar en cosas del partido? Porque siguen siendo integrantes de MC-, las tomamos en Jalisco. Aquí no aceptamos órdenes ni imposiciones de nadie, así de claro”.

Ayer, Enrique Alfaro estaba dispuesto a desmentirse una y otra vez, a contradecirse con lo que ha dicho desde aquel día en que declinó contender por la candidatura presidencial. Y aquí otra muestra: “En Jalisco tenemos vida propia, y que si se decide excluirnos -¿excluirnos? (¡!) ¿Qué él mismo no se excluyó de MC?-, si se decide ignorarnos -así en plural-, pues ya encontraremos -¿encontraremos? (sic y recontrasic)- qué hacer. ¡De muchas peores hemos salido!”.

Y para cerrar con “broche de oro” sus contradicciones y autodesmentidos, Enrique Alfaro declaró:

“El plan ‘A’ sigue siendo poder generar un escenario distinto al interior de Movimiento Ciudadano, pero si no se puede, yo estoy seguro que algo se va a poder hacer…”.

¿Está o no está con Movimiento Ciudadano? ¿Por qué se sigue sintiendo parte de Movimiento Ciudadano si él mismo se excluyó? ¿Por qué dice que su plan ‘A’ sigue siendo “al interior de Movimiento Ciudadano”, si se supone que él mismo declaró “a los cuatro vientos” que ya no se metería en asuntos de este partido?

No hay duda que el Mandatario jalisciense está enredado en su propia narrativa.