Redacción
El Grupo Universidad, el que comanda el exrector Raúl Padilla López, se quedó atrapado en los 90s respecto de sus métodos de lucha política.
Desplegados y manifestaciones eran mecanismos de presión eficientes en los 80 y los 90, sobre todo en los tiempos del PRI, en los que existía una mayor sensibilidad hacia la crítica política pública.
Sin embargo, en estos años del siglo 21 los desplegados son expresiones en vías de extinción y las manifestaciones, por muy numerosas que sean, han perdido fuerza y trascendencia, sobre todo cuando se sabe que estás funcionan primordialmente por el acarreo.
En estas condiciones, ni Raúl Padilla ni sus aliados han entendido que ni con desplegados ni con manifestaciones lograrán sensibilizar y movilizar a la sociedad -ni siquiera a la mayoría de los universitarios- a favor de sus causas.
Tampoco han entendido que con estas medidas de presión difícilmente lograrán doblar al gobernador Emilio González, que más parece divertido que preocupado con las supuestas presiones de los políticos universitarios.