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Por Hugo Luna

Todos los candidatos panistas a diputados federales, locales y presidentes municipales en Jalisco andan trepados en la ola de la popularidad del presidente Felipe Calderón. En este momento tiene el 65% de la aceptación de la opinión pública según Consulta-Mitofsky.

En contraparte Ernesto Zedillo en su momento más álgido de la crisis del 95 tenía la mitad del reconocimiento de la población.

Este fenómeno mediático se debe en gran medida a que los consultores en comunicación política de Los Pinos le han dado un viraje al tema de la crisis económica, haciéndola ver que es un hecho que proviene del vecino país del norte y que no es exclusiva del gobierno Calderonista.

Otra arista es su lucha frontal contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, este es el discurso que pretende enterrar el tema económico. Cuando el decrecimiento financiero será del 8% anualizado según los analistas.

¿Le beneficiara al PAN la popularidad del presidente Calderón en Jalisco? La memoria colectiva no olvida los agravios de un gobernador pusilánime y cínico, alcaldes divorciados con sus respectivos ciudadanos y señalados de perezosos e insensibles con la comunidad, legisladores locales fiesteros y trasnochados, irresponsables con sus tareas y buenos para cobrar sus atractivas dietas, de los diputados federales mejor, ahí le dejamos.

Los panistas del estado deben considerar profundamente que la popularidad presidencial no les generara votos, como ellos suponen y lo manifiestan públicamente.

Deben entender y procesar que cargan un lastre como lo es el desgate del ejercicio público en el poder, crisis fiscal y corrupción.

En este momento panistas, priístas, perredistas y otras expresiones políticas deben de ir desarrollando propuestas relacionados con el futuro económico del estado y los ayuntamientos. Como datos duro registre que Jalisco tendrá una reducción considerable en sus participaciones federales aproximadamente de dos mil millones de pesos.

¡Señores “suspirantes” a cuadrar las cuentas!