Por Julio César Hernández

Nadie puede decirse engañado. En apenas el séptimo párrafo de su discurso –de seis cuartillas-, Pablo Lemus Navarro, nuevo presidente de la Coparmex en Jalisco, lo advirtió:

“Por ser nuestra obligación como órgano cúpula, como agrupación de líderes y como corresponsables del desarrollo de nuestra sociedad, Coparmex Jalisco mantendrá la línea crítica y propositiva que nos ha caracterizado. NO (mayúsculas originales) con un afán protagónico, sino con la idea de que debemos ser mejores cada día”.

Y de ahí en adelante, los siguientes 27 párrafos –de 38- fueron de una severa crítica para el Gobierno estatal, el Congreso del estado, los Ayuntamientos y el Gobierno federal.

En términos coloquiales, Lemus Navarro “no dejó mono con cabeza”.

El discurso inaugural de Pablo Lemus es más agresivo que el de su antecesor Fernando Pérez Aguayo .

Tras 13 años de gobiernos panistas, el dirigente del sindicato patronal fue puntual al denunciar que Jalisco ha dejado de avanzar en puntos torales: estado de Derecho, inversión extranjera, infraestructura, desarrollo humano, ambiente laboral, transparencia, distribución de la riqueza, competitividad, medio ambiente.

Desde la visión empresarial, el rezago de Jalisco ha sido importante y preocupante.

Y no le falta razón, la verdad.

A Pablo Lemus le bastaron apenas los 12 primeros meses del gobierno de Emilio González Márquez para llegar a una conclusión:

“Después de la elección del 2 de julio, parecía que las estrellas estaban alineadas para Jalisco, lo que nos permitía pensar que los acuerdos y los consensos llegarían para hacer avanzar a nuestro estado y catapultarlo hacia el lugar que todos queremos.

“¿Qué ha pasado con la presa de Arcediano? ¿Qué ha pasado con la creación del Puerto Seco, la conclusión del Periférico, por mencionar algunos? ¿Qué ha pasado con estos y otros proyectos que desde hace años sonaban como grandes detonadores para el estado…? ¿No fueron estos mismos proyectos los que volvimos a escuchar en las elecciones pasadas?

“¿Cómo es posible que con todas las cartas a nuestro favor no hayamos podido concretar alguno? Es lamentable darse cuenta que Jalisco pareciera no tener prisa”.

Y seguramente que al gabinete del Mandatario no le gustó que Pablo Lemus haya dicho que caímos en una “parálisis por análisis”, donde los proyectos sólo se planean y no se ejecutan, y reclamó que “es tiempo de tener un gobierno eficaz y eficiente…”. Y remachó:

“… En la práctica observamos que los cuadros de gobierno NO (mayúsculas originales) siempre se han conformado con los profesionistas más capaces; no se ha privilegiado la experiencia y el conocimiento, sino que algunos puestos públicos se otorgan dependiendo la filiación, la amistad o el apoyo recibido en campaña”.

Y a todo esto, el gobernador Emilio González respondió que de qué le sirve al trabajador que se avance en infraestructura si el salario promedio del trabajador en Jalisco se incrementó apenas 50 centavos al final del año pasado.

Débil defensa, sin duda alguna.