Tratándose, quizás, más de convencerse a él mismo que a los demás, Jesús Pablo Lemus Navarro aseguró ayer que “yo no tengo ningún pleito con Enrique Alfaro” y aclaró que su enfrentamiento con el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Manuel Romo Parra, y el secretario de Asistencia Social y aspirante a la candidatura al gobierno del Estado, Alberto Esquer Gutiérrez, “no tiene nada que ver con Enrique Alfaro…”.

Lemus Navarro se equivoca. Su pleito sí es con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, y eso lo advierten propios y extraños. Y eso no es nuevo. Saben que, en el fondo y desde hace tiempo, cuando aún gobernaba Zapopan, el hoy munícipe de Guadalajara mantiene un enfrentamiento con Alfaro Ramírez, no sólo por demostrar que él es “independiente”, que no se deja “mangonear” por el gobernador, sino para disputarle un poder que cree tener al considerarse el gran salvador de Movimiento Ciudadano y que sin él éste partido perderá la elección por la gubernatura en el 2024.

Desde hace tiempo, dentro y fuera del gobierno del Estado y del partido Movimiento Ciudadano, se escuchan las voces que afirman que “Pablo Lemus ya se cree gobernador y actúa como si lo fuera”.

Pablo Lemus -aunque se resiste a reconocerlo públicamente- fue candidato a la presidencia municipal de Zapopan en 2015 y en 2018, y lo fue a Guadalajara en 2021, gracias a Enrique Alfaro Ramírez. Si éste no hubiese querido, Lemus no hubiera estado ni estuviera donde estuvo y donde está. La única voluntad que lo hizo candidato fue la de Alfaro, y no lo que él pregona de que fue “el respaldo ciudadano”.

Y sí, éste pleito sí es con Enrique Alfaro y tiene que ver con Enrique Alfaro, porque Lemus Navarro le ha declarado la guerra y calificado de “arrastrados” y “arribistas” a quien Enrique Alfaro decidió fuera el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Manuel Romo, y a uno de sus más cercanos colaboradores en el gabinete en un área estratégica para su gobierno, la asistencia social, el guzmanense Alberto Esquer. ¿O a poco cree que Esquer se autodesignó secretario y Romo se impuso como dirigente de MC? Vamos, Manuel no tuvo adversario por la dirigencia, si esto no lo entiende Lemus, es otro problema.

¿Cómo este pleito no tiene que ver ni es con Enrique Alfaro, si Pablo Lemus tácitamente lo responsabiliza de haber colocado al frente del partido a un “arrastrado y arribista” y al frente de una secretaría clave a otro “arrastrado y arribista”? ¿No es esto decir que Alfaro los puso en el cargo que tienen sólo porque Romo y Esquer se le “arrastraron”? ¿No significa criticar y cuestionar abiertamente la capacidad del gobernador para designar a sus colaboradores, pues les dio el cargo que tienen a Manuel y Alberto no porque los haya considerado capaces de encabezarlos sino porque simplemente se le “arrastraron”? ¿O no es poner en duda la inteligencia de Alfaro, al dejarse engañar por quienes se le “arrastraron” e ignoró que son unos “arribistas”?

¿Cómo no es un pleito con Enrique Alfaro si además de declararle la guerra a dos de sus hombres claves, amenazó con que -sin ser militante- “nosotros (no aclaró quiénes más) nos vamos a quedar a luchar por Movimiento Ciudadano y no vamos a permitir que personas arribistas (…), ahora vengan a dividirnos a Movimiento Ciudadano”?

Que no se equivoque Jesús Pablo Lemus. Las manifestaciones de respaldo y apoyo a favor de Enrique Alfaro por parte de dirigentes del partido, legisladores, alcaldes y funcionarios y servidores públicos de Movimiento Ciudadano, es porque entendieron que su pleito no es con Romo ni con Esquer sino con su jefe, el gobernador Alfaro Ramírez.