El regreso del equipo Leones Negros de la Universidad de Guadalajara (UdeG) a la primera división del fútbol mexicano representa nuevos retos para el grupo político que controla a la casa de estudios, y que encabeza el ex rector Raúl Padilla López.
El manejo administrativo del equipo es un tema que requiere toda la transparencia y el compromiso de que no se desviarán los recursos destinados para la educación al sostenimiento de los Leones Negros.
El proyecto del Centro Cultural Universitario (CCU), que incluye el auditorio Telmex, le ha generado simpatías y críticas al Grupo Universidad; pues si bien hay muchos que lo ven con buenos ojos, también hay quienes critican que la universidad -que se queja de falta de recursos para cumplir con su función de educar a los jóvenes jaliscienses- gestione y destine recursos para esta multimillonaria inversión.
Otra severa crítica que pesa sobre el grupo político que encabeza Raúl Padilla es el uso discrecional que hace de los recursos y proyectos de la universidad. Los mejores espacios y los boletos de cortesía a los eventos que se financian con los recursos de la UdeG siempre están a la disposición de los políticos que encabezan el grupo, quienes usan y abusan de los mismos como si se tratara de su patrimonio.
Si el CCU ha generado críticas y rechazo por quienes creen que la universidad debe centrarse en sus actividades escolares, mucho más los generará un equipo de fútbol profesional si la casa de estudios destina recursos propios para su sostenimiento y si el Grupo UdeG dispone del mismo como si fuera suyo.
Experiencias anteriores han demostrado la incapacidad del anterior grupo FEG-UdeG y del actual grupo de Raúl Padilla para gestionar a los Leones Negros.
Tanto con políticos propios de la institución como cuando se ha dejado en manos de “empresarios” ligados a quienes mandan en la universidad, las experiencia hablan de abusos, corrupción y saqueos a los Leones Negros.
Por tanto, la Universidad de Guadalajara no puede volver a repetir las fórmulas ya fracasadas.
El grupo que encabeza Raúl Padilla López deberá presentar ahora, con toda claridad y transparencia, cuáles son las opciones de proyectos financieros, administrativos y deportivos para los Leones Negros, especificando quiénes serán los responsables de su administración (gente capaz por supuesto), cuántos y cuáles recursos destinará la casa de estudios al equipo (dinero, instalaciones, marcas y demás), qué alianzas empresariales y comerciales se harán para reforzarlo financieramente, cómo se administrarán los derechos de uso de Estadio Jalisco -del cual es socia la UdeG- y el boletaje, y quiénes serán los responsables de los resultados.
Tanto la Universidad de Guadalajara, como el propio Raúl Padilla, están obligados a una total transparencia y a una mayor responsabilidad en el manejo de los Leones Negros, que con su regreso a la primera división serán objeto de un mayor escrutinio, no sólo de la afición futbolera, sino de toda la sociedad. Principalmente en el manejo de sus recursos.