En tiempos de “destapes”, ayer Carlos Lomelí reveló que “el cinco de noviembre pasado fui notificado (…), que no se acreditó ninguna de las faltas por las que me señalaron”, y acompañó sus palabras con copia de un documento emitido por la Décimo Tercera Sala Regional Metropolitana y Auxiliar en Materia de Responsabilidades Administrativas Graves del Tribunal Federal de Justicia Administrativa que asienta:

“En consecuencia, al no demostrarse la existencia de las faltas administrativas graves que se le imputaron al C. Carlos Lomelí Bolaños, esta Sala resolutoria no tiene los datos de prueba para determinar la sanción que en su caso procediera…”.

Y añade su resolución: “Este Órgano resultor concluye que no se acredita la comisión de las faltas administrativas atribuidas al C. Carlos Lomelí Bolaños, y por tanto no es responsable administrativamente por la comisión de dichas conductas…”.

Antes, Lomelí denunció: “Desde hace año y medio soy víctima de la difamación…”; “emprendieron una campaña desde los sótanos del poder, como ellos mismos dicen, de desprestigio con mentiras…”; “decenas de diarios y portales reproducían las noticias con las mismas palabras…”; Las condenas, en columnas y opiniones, parecían escritas por el hígado de quienes ven en nuestro trabajo una amenaza para sus proyectos personales…”.

Y reiteró el nombre y apellido de sus detractores y a quienes considera los creadores de esta campaña en su contra: el gobernador Enrique Alfaro Ramírez -“es el gobernador que no le tiene miedo a Carlos sino a la Cuarta Transformación”- y la organización Mexicanos contra la Corrupción.

Lomelí Bolaños se dijo listo “para trabajar por la Cuarta Transformación… en Guadalajara o Zapopan”.

Como estrategia, se entiende que el ex super delegado no se defina públicamente por cuál candidatura peleará pero para nadie es desconocido que su aspiración es “sacarse la espinita” del 2018 y ser nuevamente candidato a la gubernatura en 2024, y para ello tiene que llegar antes a la aduana llamada Guadalajara; por lo tanto, Carlos Lomelí buscará ser candidato de Morena a la presidencia municipal de la capital.

Sin embargo, si Morena lo incluye en su lista de candidatos sólo una razón pudiera desviarlo del camino y colocarlo como candidato en Zapopan -desde donde puede pelear por el 2024-: que en Guadalajara sea postulada una mujer. La semana pasada trascendió que ya se ubicó a una prospecto con la que indirectamente habrían entrado en pláticas, pero aún sin nada confirmado ni acordado. En los próximos días, posiblemente, se conozca si la negociación llegó a buen puerto o se cayó.

Pero en esta etapa de los “destapes” internos, Lomelí Bolaños no tiene a sus principales detractores en Movimiento Ciudadano, en el PAN, en el PRI, en el PRD o en cualquier otra organización externa sino dentro de Morena. Ahí están, en principio, los que quieren descarrilar su proyecto y es ahí a donde tiene que dirigir su labor para desactivarlos. ¿O acaso no hubo quienes dentro de Morena aplaudieron la arremetida que le puso la Secretaría de la Función Pública?

En Morena están en primera fila quienes no quieren que Lomelí sea el candidato en Guadalajara… y quizás ni en Zapopan. Y no quieren porque hay otros que desean esa candidatura y, salvo una señal del CEN de que el ex superdelegado es el elegido, habrá quien trabaje hasta horas extras para impedirlo.

¿O puede negarse que también hubo manos dentro de Morena que impulsaron su linchamiento en el marco de la lucha sectaria por el poder dentro del partido, entre las diversas fuerzas que vieron en Yeidckol Polevnsky y sus aliados, entre ellos Lomelí Bolaños, un peligro para sus intereses porque la ex dirigente y esos aliados pretendieron satisfacer y consolidar los propios?

Sus adversarios dentro de Morena son a los primeros que tiene que enfrentar Carlos Lomelí, para luego ya sorteados enfrentar a los que hoy detentan el poder en Guadalajara o Zapopan, donde le espera una fuerte y seria batalla si es que logra llegar hasta esa línea que es obtener la candidatura para cualquiera de las dos alcaldías.

Posiblemente en una semana conozcamos cuál es, pues, su “grito de guerra”.

Al tiempo…