Por Hugo Luna

Sociólogos, filósofos y teólogos, definen clericalismo al comportamiento político mantenido, dentro de un Estado laico, por el clero y por los fieles de una iglesia con el fin de favorecer sus intereses materiales y espirituales. En el clericalismo hay una hostilidad y un rechazo que afectan las relaciones con el Estado laico. Se distingue del confesionalismo que tiende, en cambio, a obtener del Estado privilegios especiales, a través de actos legislativos y administrativos, que perjudican en mayor o menor grado su carácter laico.

Las actitudes clericales y confesionales generan por reacción un comportamiento opuesto, el anticlericalismo, de hostilidad hacia la iglesia en cuestión, a sus fieles y a las mismas creencias religiosas que éstos profesan. El anticlericalismo se distingue del laicismo en que sostiene la clara separación entre el Estado y cualquier iglesia, respeta el mensaje religioso y ético de cada una de ellas, su clero, sus fieles y su libertad de culto y apostolado.

Estos conceptos vienen a cuento por la activa participación de las autoridades estatales y municipales en la celebración litúrgica por las bodas de oro sacerdotales del Cardenal Juan Sandoval Iñiguez. Es decir nuestros gobernantes en plena vida social y al carajo la responsabilidad que les fue depositada por los ciudadanos.

Trabajo es el que sobra, no es posible que luego del alboroto de un centenar de ejidatarios del municipio de Cihuatlán que se apostaron en el ingreso carretero a la zona de La Culebra, para impedir el paso de una patrulla de la Policía Estatal de Colima. El gobierno estatal haya decidido enviar a distensionar el bloqueo con un funcionario de cuarta división.

En contraparte, el vecino estado de Colima mando al procurador estatal y a la titular de la policía estatal respaldados por 60 patrullas para lo que se ofreciera.

Los municipios que integran la zona metropolitana; no cantan mal las rancheras. En Tlaquepaque ven la tempestad del temporal de lluvias y su presidente municipal, Hernán Cortés; no se hinca. En Tonalá, Jorge Vizcarra quiere que la Villa Panamericana se ubique en el parque de la Solidaridad, lo que no sabe o se hace de la vista gorda es que ese espacio público recibe una parte de las descargas del drenaje del oriente de la ciudad.

El gobierno municipal de Tlajomulco anuncia que se cancelarán permisos para nuevos fraccionamientos y admite que la corrupción permitió demasiados desarrollos en esa demarcación; mismos que han generado inundaciones y que obstruyen cauces de ríos y arroyos de temporal.

Ciudad Zapopan sumida en la mediocridad y en la incapacidad para gobernar y que decir de Guadalajara; calles sin nombres, irregularidades en la entrega de apoyos escolares e inundaciones en el Country; más lo que se acumule en la semana.

Es lamentable la actitud de la autoridad ante los problemas que aquejan a una metrópoli como la nuestra y todo por andar de oficiosos en asuntos de iglesia.

No desdeñamos la importancia de la iglesia en la entidad; reconocemos que se ha convertido en un serio contendiente por el poder político. No sólo ha roto el tabú de la injerencia en los asuntos políticos del estado, sino que lo ha convertido en hábito cotidiano y reiteración de posturas peligrosas para el orden político y el estado de derecho. La iglesia no puede pretender recuperar una nueva reinserción terrenal en el poder económico y político de Jalisco.