Gilberto Pérez Castillo

La presencia de Jorge Salinas Osornio en la comida que reunió a Emilio González Márquez y Francisco Ramírez Acuña ha despertado una oleada de análisis y especulaciones que dan casi como seguro candidato del PAN a la alcaldía de Guadalajara al coordinador de los diputados locales panistas.

Por ende, hay muchas voces que prácticamente dan por muerto a Rodolfo Ocampo Velázquez, el director del Siapa y quien, hasta antes de esa comida, parecía como el más sólido aspirante a esa candidatura.

Los motivos para descartar a Ocampo de esta contienda son básicamente dos:

1. La división de su propio grupo que trajo como consecuencia que personajes como Alfredo Argüelles Basave, Juan Carlos Márquez y Felipe Pulido decidieran pasarse al bando de Jorge Salinas.

2. La alianza entre Ramírez Acuña, el padrino político de Jorge Salinas, y Emilio González, éste último con el que Rodolfo Ocampo estaba amarrando un acuerdo para ir juntos en la búsqueda de esa candidatura.

Sin embargo, asegurar a estas alturas que Jorge Salinas tiene ya en la bolsa la candidatura a Presidente Municipal de Guadalajara y dar por muerto a Rodolfo Ocampo puede resultar una exageración motivada por una coyuntura.

Baste señalar que para la elección del candidato panista aún resta alrededor de un año, tiempo en el que muchas cosas pueden pasar: los grupos hoy aliados pueden llegar a tener desacuerdos, puede haber fracturas también entre ellos y Jorge Salinas puede incurrir en errores que le hagan difíciles las condiciones de triunfo.

Así como las cosas se le complicaron a Rodolfo Ocampo en 15 días, en casi un año el mundo de Jorge Salinas también se puede complicar y ponerse de cabeza.

También habrá que esperar a ver si todos los miembros de los grupos de Ramírez Acuña y González Márquez acatan con disciplina el acuerdo de sus jefes políticos: sólo hay que recordar que hasta hoy ambos bandos se habían venido viendo como enemigos irreconciliables, por lo que será difícil que se olviden todos los agravios por el simple acuerdo de las cabezas. Los inconformes con este acuerdo podrían pasarse al bando de Ocampo.

Otro punto que debe considerarse es que Rodolfo Ocampo es un político hábil y pragmático, y que aún cuenta con un grupo de políticos panistas con experiencia y mañas, por lo que no debe esperarse que este equipo simplemente cruce los brazos y se resigne a entregarle la plaza a Jorge Salinas.