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Gilberto Pérez Castillo
La estrategia de Guerra Sucia que han emprendido Eduardo Rosales y Abraham González para intentar salvar a Jorge Salinas de una derrota electoral en Guadalajara empieza a preocupar y molestar seriamente a funcionarios públicos y candidatos panistas.
La preocupación y molestia se resume en los siguientes puntos:
1. Parece ser que al dirigente estatal panista Eduardo Rosales y al coordinador de ¿todas? las campañas del PAN sólo les interesa la elección de Jorge Salinas Osornio, quien va mal en las encuestas, pues aquellos tienen prácticamente abandonados al resto de los candidatos, ya que toda la atención y la mayoría de los recursos de que dispone el partido se concentran en tratar de salvar al candidato a Presidente Municipal de Guadalajara.
2. Las acusaciones que han emprendido contra el candidato del PRI a Presidente Municipal de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, pronto se les podrán revertir a funcionarios públicos panistas y uno que otro candidato blanquiazul, que pueden ser acusados de cosas peores que sí se pueden probar.
Los panistas saben que en sus filas existen muchos políticos cuyos pecados son mucho más graves que aquellos que le quieren adjudicar al candidato priista, por eso les preocupa que en su obsesión por salvar a Jorge Salinas de la derrota, Lalo Rosales y Abraham González hayan lanzado un bumerán que acabe golpeando severamente a más de un panista ligado a actividades escándalosas.
3. Los funcionarios y candidatos panistas inconformes saben que cuando se abre la cloaca al calor de las campañas es prácticamente imposible que ésta se cierre y están conscientes que, por estar en el poder, hay muchos más políticos panistas implicados en actos de corrupción y otros delitos, mismos que acabarían siendo expuestos como respuesta a la estrategia de Lalo, Abraham y Salinas.
4. Los candidatos panistas inconformes ven con preocupación que la estrategia de Lalo y Abraham por tratar de salvar únicamente a Jorge Salinas de una derrota en Guadalajara, acabe convirtiendo al candidato a Presidente Municipal en un lastre que arrastre a los demás candidatos a la baja y a la derrota.