Gilberto Pérez Castillo

Ha sido recurrente ver a dirigentes y candidatos del PRI tratar de ganarse la simpatía del cardenal Juan Sandoval Íñiguez, con la esperanza de que el prelado los ayude a ganar las elecciones.

Como les queda claro a muchos, el cardenal Sandoval nunca ha escondido su preferencia hacia el PAN y sus candidatos. Así lo demostró en su paso por Chihuahua y así lo ha demostrado en Jalisco.

Que los dirigentes y candidatos priistas quieran engañarse es otra cosa.

Por eso no es de extrañar las afirmaciones que el entonces candidato a Gobernador Emilio González Márquez le hizo a la Cónsul de los Estados Unidos en Guadalajara en el 2005, cuando le aseguró que las más altas autoridades de la Iglesia Católica ya habían comprometido el trabajo de tres mil curas a favor de su candidatura a Gobernador del Estado.

Y pensar que Arturo Zamora Jiménez, como Presidente Municipal de Zapopan y como candidato a Gobernador, se desvivía, como aún se sigue desviviendo, por quedar bien con el cardenal Juan Sandoval, mientras éste jugaba con todo con el panista Emilio González.

No obstante la clara posición partidista del cardenal Sandoval, no deja de haber políticos priistas ingenuos que insisten en quedar bien con el jerarca religioso, esperando verse favorecidos con su apoyo electoral, como se vio en el pasado festejo del cumpleaños del arzobispo.