Foto: Especial @XochitlGalvez

En junio de 2017, como jefa delegación de Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez Ruiz, “destapó” a Claudia Sheinbaum Pardo como su candidata de Morena a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, y eso quedó consignado en el periódico “Regeneración”, órgano oficial del partido en el gobierno federal, nos recuerda Héctor Calderón Hallal, en su artículo publicado días atrás en Noticias MX Político.

Xóchitl declaró aquella ocasión: “Me parece, y lo digo abiertamente, la mejor candidata de Morena sería Claudia Sheinbaum. Ella representa (a) una mujer que nació en la izquierda, ha estado en la izquierda, que está preparada y ha demostrado ser una mujer honesta(…). La podrán acusar de todo menos de ser corrupta, pendeja o huevona. Vivimos en el país de los favores, en el país de quienes pagaron las campañas”.

En aquella ocasión, Gálvez Ruiz declaró que ella no era la candidata del PRD al gobierno capitalino. Dijo: “Yo veo que el PAN quiere una alianza con el PRD. Ellos seguramente van a canjear la Ciudad de México por el candidato a nivel nacional. Eso podría leerlo y seguramente yo no soy la candidata del PRD”.

Ahora el 15 de marzo pasado, en una entrevista con Ciro Gómez Leyva -nos recuerda ayer Raúl Rodríguez Cortés, en su columna en El Universal-, Xóchitl Gálvez confesaba de ella misma: “No quiero ser presidenta, nunca me lo he planteado. Esas cosas se tienen que tomar con seriedad, son palabras mayores; yo he visto candidatos que le han batallado para ser reconocidos, yo no creo que a mí me conozcan en el país, apenas estoy logrando que me reconozcan en la ciudad razonablemente”.

Y ante las voces que le pedían ser candidata presidencial, agregó: “Hay que domar el ego como políticos y, en ese sentido, estoy consciente de lo que sí puedo, y sí puedo ser una gran jefa de gobierno”.

Ahora seis años después de aquel 2017, la senadora Gálvez podría ser contrincante por la presidencia de la República de quien en aquella ocasión alabó como una mujer que no es “corrupta, pendeja o huevona” y que sí es “una mujer que nació en la izquierda y ha estado en la izquierda”.

Y ahora, mes y medio después de opinar lo contrario, Xóchitl Gálvez presume no sólo que sí puede ser candidata a la presidencia de la República, sino que será presidenta de México, pese a que apenas hace 45 días no se había planteado esa idea; ahora sí cree que en apenas seis semanas ya es conocida en todo el país como para buscar ser presidenta del país, cuando entonces aceptaba que no la conocían siquiera en toda la Ciudad de México; y ahora demuestra que ella, como los demás políticos, tampoco supo “domar el ego”.

Sí, las redes sociales pueden hacer eso y más. La Inteligencia Artificial hará maravillas y contar historias que lleguen al corazón de la gente, pero ni una ni la otra pueden evitar que la peor lucha que enfrente Xóchitl Gálvez sea contra sus propias palabras, contra ella misma, contra lo que apenas en el pasado reciente confesó y ahora contradice en los hechos. Porque no se trata de que las redes sociales y la Inteligencia Artificial hagan o crean a una heroína contando cuál es su origen y cómo se ganaba la vida de niña, sino se trata de que se demuestre que la ahora actual mujer sensación de la política nacional demuestre que no es igual que la mayoría de los políticos. Pero, al parecer, sí lo es. Porque muchos políticos y muchas políticas como dicen una cosa, dicen otra; dicen una cosa y hacen lo contrario.

¿Qué dirá ahora Xóchitl de Claudia? ¿Qué no es carismática o que así como se le cayó el metro se le caerá el país, como se lo dijo a la revista Opinión Política?

¿Qué dirá de ella misma, si hace apenas 45 días confesaba que “no quiero ser presidenta”, porque ni siquiera eso “me lo he planteado”, “porque no creo que a mí me conozcan en el país” y porque creía que a lo más que podría llegar a ser, era “una gran jefa de gobierno”?

Esas son las batallas más cruentas que enfrentan los políticos y las políticas: contra sus propias palabras, contra sus propios hechos… contra su propio ego. Y para muestra, basta este botón: Xóchitl Gálvez.