Desde que el 14 de agosto se instaló en el camellón de la Calzada Federalismo, entre Juan Álvarez y calle Hospital, la obra “Sincretismo” del artista plástico Ismael Vargas, los desencuentros entre los funcionarios públicos de los gobiernos Mcistas de Guadalajara y Zapopan con jerarcas católicos y líderes religiosos de otras denominaciones ha ido en aumento.
Todo inició en una entrevista con el diario Mural, donde el cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez externó su petición de que la obra “Sincretismo” fuera retirada, por considerar que era una ofensa para los católicos. En aquella ocasión dijo: “Ese monumento de la Virgen de Guadalupe debe desaparecer de ahí (…), Esa imagen debe ser quitada de ahí porque es ofensiva para la mayoría del pueblo católico (…). Que no con el pretexto de arte se hagan semejantes cosas”.
Continuó con las declaraciones en una entrevista televisiva del ex arzobispo de Guadalajara: “Esas obras están muy caras, el precio es enorme, lo cual significa que él (Alfaro) está haciendo su guardadito para la campaña. Haciendo esas esculturas le da algo al artista y lo demás va a la bolsa para la próxima campaña…”.
Ante unos volantes que una supuesta organización religiosa distribuyó señalando a Enrique Alfaro como alguien que ha realizado un pacto con el diablo, el presidente municipal de Guadalajara reaccionó como es su costumbre en redes sociales, más en su calidad de victima que con argumentos.
La publicación de Enrique Alfaro propició la reacción de Francisco Javier Lozano del Real, Jefe de Unidad en la Dirección de Fomento al Empleo y al Emprendurismo de Zapopan quien dijo: “Yo prefiero tener un pacto con el diablo que con la Iglesia Católica de mierda”, en su cuenta de Facebook.
Y aunque pareciera que los únicos enfrentamientos que ha tenido Enrique Alfaro es con la iglesia católica, su relación con las iglesias protestantes de corte pentecostés no ha ido bien a pesar de haberles beneficiado con recursos para sus proyectos e incluso tener a dos de sus pastores trabajando en la nómina de Guadalajara: Francisco Rodríguez Aldrete y Luis Jaramillo Reyes, ambos en la Coordinación General de Desarrollo Económico y Combate a la Desigualdad.

 


En la campaña para alcalde, Francisco Rodríguez Aldrete y Luis Jaramillo Reyes fueron encargados de conseguir votos para Enrique Alfaro, como premio recibieron puestos en el ayuntamiento de Guadalajara, el problema vino cuando Francisco Rodriguez Aldrete dejo parte del pastorado de su iglesia a su hijo: Josué Francisco Rodríguez Yépez.
En septiembre de 2016, Alma Fabiola Santana Rodríguez denunció Josué Francisco Rodríguez Yépez, quien es Pastor de una Iglesia llamada “SION”, Comunidad Cristiana en el municipio que gobierna Enrique Alfaro.
La denuncia de Santana Rodriguez fue una nota internacional que cubrieron diferentes medios de comunicación. Maltrato, golpes y lesiones atendidas por la cruz roja o verde fueron algunos de los hechos denunciados por Alma Fabiola quien dijo en algunas ocasiones fue violada y ultrajada por el entonces pastor Josué Francisco Rodríguez Yépez.
Esta situación causo la división de la iglesia “SION”, pues el escandalo fue mayúsculo y dejo mal parada a la autoridad municipal de Guadalajara que nunca intervino en contra del hijo de su funcionario Francisco Rodriguez Aldrete.
Ahora que viene el proceso de ratificación para Enrique Alfaro, nuevamente los dos pastores y funcionarios municipales: Francisco Rodríguez Aldrete y Luis Jaramillo Reyes, vuelven a realizar actividades proselitistas a favor de Alfaro reuniendo a algunos pastores carismáticos en eventos donde el presidente de Guadalajara es escuchado y promete ayudas.
Sin embargo, en estas reuniones los pastores al servicio de Enrique Alfaro no han logrado los resultados que esperaban y solo las pequeñas congregaciones han acudido a su llamado.
El evento de cuatro días que llevo a cabo en la ciudad la organización religiosa “Iglesia Evangélica Independiente en la República Mexicana” contó con el apoyo y asistencia del Ayuntamiento de Guadalajara, pero la poca convocatoria que tiene esa organización dejó molestia entre los cercanos a Enrique Alfaro.