“Panistas por México”, se autodenominaron seis ex gobernadores del PAN cuya integración dieron a conocer desde marzo pasado y que aquí en Marcatextos referimos en aquella fecha.
Los regiomontanos Fernando Elizondo Barragán y Fernando Canales Clariond, el bajacaliforniano Ernesto Ruffo Appel, el guanajuatense Carlos Medina Plascencia, el jalisciense Alberto Cárdenas Jiménez y el chihuahuense Francisco Barrio Terrazas son los seis ex mandatarios estatales que han entrado al rescate de su partido ante la honda división interna que registra entre calderonistas y maderistas-yunquistas.
Si no me equivoco, los seis ex gobernadores no tienen más de 25 años de militancia en Acción Nacional. Prácticamente todos ellos llegaron al partido tras la candidatura del finado empresario sinaloense J. Manuel Clouthier del Rincón a la presidencia de la República en 1988.
Ruffo Appel, primer gobernador panista en el país allá por los años del salinato y bajo la presidencia del PRI del también extinto Luis Donaldo Colosio Murrieta, explicó ayer que el propósito de este grupo es intentar corregir el rumbo de su partido Acción Nacional.
Curiosamente, además de haber sido gobernadores de sus respectivos estados, a todos estos panistas tienen otras dos características en común: 1. Nunca han ocupado un cargo partidista a lo largo de su militancia. 2. Únicamente han ocupado cargos de elección popular o administrativas, como el caso de Cárdenas Jiménez, dos veces secretario de estado.
¿Qué peso real tiene al interior del PAN, y a nivel nacional, la voz de estos seis exgobernadores que no se han caracterizado por haberse preocupado de la situación difícil de su partido en otras etapas?
Para empezar, habría que preguntarnos ¿qué peso tiene la voz de cada uno de ellos al interior de sus propio partido en sus respectivas entidades?
Aquí, por ejemplo, la voz de Cárdenas Jiménez tiene cierto peso entre algunos militantes panistas que si bien le reconocen su aportación política por haber sido el primer gobernador en Jalisco, la verdad su voz no tiene mayor resonancia dentro del PAN.
Vamos, quizás tenga mayor influencia entre algunos sectores de la ciudadanía que entre los panistas jaliscienses.
¿Qué peso tiene Medina Plascencia en el panismo guanajuatense? ¿Qué peso tiene la voz de Elizondo y Canales en el panismo neoleonés? ¿Qué peso tiene la voz de Barrio en el panismo chihuahuense? ¿La de Ruffo en el paismo bajacaliforniano?
Si, el haber sido en la mayoría de los casos el primer gobernador panista en sus respectivos estados les da proyección nacional, pero hasta el momento no hay señales de que el haberse agrupado y alzar la voz para que haya orden y unidad al interior del PAN pueda tener repercusiones positivas al interior de su partido.
En marzo pasado se reveló la creación de este grupo, Medina Plascencia reveló cuál era su propósito y quiénes lo integraban. ¿Y qué pasó? Nada. Los panistas continuaron “agarrados de la greña” y prácticamente ignoraron a este grupo, como seguro volverá a ser ignorado tanto por los maderistas-yunquistas como por los calderonistas, que seguirán disputándose el poder dentro de su partido.
De hecho, prácticamente el dirigente nacional Gustavo Madero ayer mismo les puso un “freno” al opinar sobre la  aparición de este grupo. Dijo: “Puede haber distintos puntos de vista, pero todos reconocen los órganos instituidos, las facultades de cada órgano y las decisiones que se toman en cada órgano..”.
En una palabra, Madero les dijo a estos ex gobernadores: No pasa nada, el partido tiene sus propios órganos y las facultades que tiene. Ese es el camino. Así de sencillo.
Y es que Madero seguro no olvida que estos ex gobernadores el primer contacto que tuvieron con él fue a través de una carta donde le solicitaban reconsiderara la remoción de Ernesto Cordero como cordinador de la bancada en el Senado, cosa que quizás no le causó mucha gracia al dirigente nacional.