Con el pretexto de “que el debate en materia de transparencia trascienda a nivel nacional y se le imprima otro formato a este tipo de procesos”, como si la transparencia en el país fuera un tema que nace a partir de que el Partido Movimiento Ciudadano logra su registro en Jalisco, los diputados de este partido integrantes de la Comisión de Participación Ciudadana decidieron boicotear a las universidades locales para elaborar y aplicar la evaluación a los aspirantes a la presidencia del Instituto de Transparencia e Información Pública (ITEI).
Viendo “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, los legisladores de la corriente alfarista ignoraron a las instituciones de educación superior en Jalisco bajo el pretexto de que algunas de ellas enfrentarían un “conflicto de intereses”, unas por ser sujetos obligados, como la Universidad de Guadalajara, y otras porque participan con candidatos para el cargo.
Curiosa postura la de los pemecistas, porque como lo advierte hoy el periódico La Jornada en su columna “Plaza Liberación”, los alfaristas no registraron ese conflicto de intereses entre un consejero electoral y un candidato a gobernador, siendo ambos socios empresariales.
Para los diputados Verónica Delgadillo, presidente; Salvador Zamora Zamora, Fabiola Loya Hernández y Julio Nelson García Sánchez, universidades en Jalisco como la de Guadalajara; el ITESO, el Tecnológico de Monterrey, la Autónoma de Guadalajara, la del Valle de México, el TEC Milenio, la de Valle de Atemajac, la Panamericana, la Cuauthémoc y la Marista de Guadalajara, por mencionar sólo a algunas, no fueron dignas de su confianza en materia de transparencia.
Para estos legisladores las confiables fueron siete instituciones que no tienen carácter nacional, pues no tienen campus en el país, sino que simplemente están asentadas en el Distrito Federal y que son: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Universidad Autónoma Metropolitana, Instituto Tecnológico Autónomo de México, el Instituto de Estudios sobre la Transición Democrática, el Colegio de México, la Escuela Libre de Derecho y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Por supuesto que no dudamos del nivel de las anteriores instituciones, pero ¿son mejores que las instituciones de educación superior locales? ¿Deveras las asentadas en Jalisco no son dignas de confianza? ¿Deveras con las elegidas se garantiza la proyección nacional de la transparencia en el país, como si todo el país estuviera atento a la elección del presidente del ITEI en Jalisco?
¿Por qué para algunas cosas las universidades locales sí son dignas de fiar y en casos similares no?