Apenas tres meses y medio -108 días- estuvo Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco al frente de la Secretaría del Trabajo -por la que han pasado Eduardo Almaguer, Héctor Pizano y Tomás Figueroa-, responsabilidad a la que renunció ayer poco después del mediodía, tras el atentado que sufrió el pasado lunes 21 de mayo en la zona de Chapultepec.
Desde aquel 13 de febrero cuando sorpresivamente el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz lo presentó ante los medios como el nuevo responsable de la Secretaría del Trabajo, la preguntó que surgió y se mantuvo hasta la fecha en el aire fue: ¿Por qué y para qué regresó Luis Carlos Nájera?
Una pregunta más allá del por qué se le integraba a una secretaría para la que no cubría el perfil, pues finalmente no ha sido el único ni será el último al que le suceda eso.
En su momento se conoció que Nájera Gutiérrez de Velasco salió del estado y del país por cuestiones de seguridad, considerando la responsabilidad que por muchos años tuvo en gobiernos municipal y estatales -Emilio González y Aristóteles Sandoval-, y que naturalmente le generaron enemigos como es común para quien ocupa cargos en materia de seguridad pública.
En la Fiscalía General fue sustituido por Eduardo Almaguer, hoy candidato del PRI a la presidencia municipal de Guadalajara, y su ausencia siempre fue considerada normal y natural por el alto riesgo que enfrentaba. Reitero: por eso la pregunta permanente: ¿por qué y a qué regresó? Nos dieron varias respuestas, lógicas y entendibles, pero ninguna terminaba de explicarnos por qué poner en riesgo la vida.
Después del atentado, a Luis Carlos Nájera no le quedaba otro camino que el que decidió -o le pidieron- tomar: renunciar al cargo “para salvaguardar la integridad de quienes lo acompañan en sus labores diarias y, por supuesto, de la sociedad en general”, dijo el gobernador al hacer oficial la salida de su ahora ex colaborador.
Luis Carlos Nájera dice adiós nuevamente al gabinete. Se va el “hijo pródigo” que no debió regresar…