El extraordinario periodista José Cárdenas lanza la primera luz de lo que puede venir más adelante en la dirigencia nacional del PRI, y concretamente a su presidente Humberto Moreira, en su columna titulada “El ocaso de Moreira”.
El periodista cuenta que los días de Moreira podrían estar contados, porque el ex gobernador de Coahuila pudo haber falsificado documentos para ocultar una deuda por 33 mil 867 millones de pesos que dejó “atorada”, según denuncian los panistas, y concretamente el ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.
Este escenario está en la mente de los priistas que advierten que el “golpe” asestado contra su dirigente nacional será de fatales consecuencias que lleven a que sea relevado del cargo apenas se presente la primera oportunidad y que sería en las próximas semanas.
A la denuncia penal que como secretario de Hacienda presentó Cordero por presunta contratación de deuda ilegal, los priistas esperan, mínimo, un citatorio judicial para su dirigente, y como máximo que se extienda una orden de aprehensión en su contra.
Claro, Moreira tiene el recurso de ampararse.
Los priistas se preguntan: ¿Participaremos en una contienda electoral por la Presidencia de la República con un dirigente nacional amparado?
No quieren siquiera imaginárselo.
Por eso es que en las filas del priismo se advierte un próximo relevo de su dirigente Humberto Moreira y vislumbran la llegada en su lugar de otro ex gobernador, éste de Hidalgo: Miguel Ángel Osorio Chong, muy cercano al ex mandatario y aspirante presidencial Enrique Peña Nieto.
Para los priistas el caso de Moreira y su deuda en Coahuila es un caso indefendible, y menos como para centrar su atención en ello cuando deben de tener puesto todo su esfuerzo en el proceso electoral que viene.
Así, pues, todo indica que la suerte de Moreira está echada y sus días contados al frente del PRI.
Al tiempo.