En su comparecencia ante diputados de varias comisiones legislativas, encabezadas por la de Justicia, el ahora Fiscal General, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, escuchó de uno de ellos que actuará en contra de ex funcionarios del gobierno anterior que hubiesen incurrido en ilícitos.
Nájera Gutiérrez de Velasco asentó, aclarando que siempre y cuando se le ofrecieran pruebas fehacientes de lo que se les acusa y no simples recortes de periódicos -palabras más palabras menos-.
Pero mientras los denunciantes ofrecen pruebas contundentes por presuntos ilícitos cometidos por ex funcionarios de la administración de Emilio González Márquez, en teoría se ha difundido un “muestrario” de casos en los que se sospecha pudo haberse incurrido en irregularidades y posiblemente hasta delitos.
Y ahí están: Compra presuntamente irregular de maquinaria pesada por parte de las secretarías de Administración y Desarrollo Rural; presuntas irregularidades en el manejo de los recursos del Seguro Popular por parte de la Secretaría de Salud; presunto manejo irregular de recursos en el CODE; presunto manejo irregular de recursos de programas sociales por parte de la Secretaría de Desarrollo Humano; el otorgamiento de indebidos privilegios a funcionarios que integraron la “burocracia dorada”…
Reitero: ahí está el “muestrario” de ejemplo de las presuntas irregularidades o ilícitos cometidos durante el gobierno de González Márquez.
Pero su enumeración que abre el sospechosismo es fácil; lo importante, y trascendental, es que, primero, se sostenga con pruebas contundentes; segundo, que haya la voluntad política para actuar en contra de los responsables.
Así, de esta manera, hay quienes insisten en que estamos en vísperas de conocer el “quinazo” del gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval.
Pero… ¿y si resulta que no hay “quinazo” y sí “panchazo”?
Y es que valga recordar aquel caso del flamante contralor general de Vicente Fox Quesada, el ex gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas, quien a lo largo de su gestión amenazó con “pescar peces gordos” de gobiernos priistas, pero al final no logró “pescar” ni siquiera un charal.
Ese será el reto del contralor estatal Juan José Bañuelos Guardado: si hay elementos de prueba, actuar en consecuencia; si no, confesarlo, pero lo peor que puede hacer es recurrir a la cantaleta de que “caerán” “peces gordos” y no quedarse ni siquiera con un charal.