Enmedio de la euforia porque lo colocaron como el “héroe” de la reforma electoral, particularmente en lo que corresponde al financiamiento público a los partidos políticos, el joven diputado sin partido Pedro Kumamoto Aguilar aseguró que el paso dado por la Legislatura jalisciense no será revertida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Sin embargo, opinión contraria tienen el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, y el consejero del INE, Ciro Murayama.
Murayama advirtió que al estar regulado por una disposición constitucional, las entidades no pueden modificar el financiamiento que se le entrega a los partidos políticos. ´Recordó que ya la Suprema Corte de Justicia resolvió que las entidades no pueden, en lo individual, modificar la fórmula por la que se les asignan recursos a los partidos.
Fue en este punto en el que Kumamoto, en entrevista con el Grupo Milenio, aseguró que la Corte no puede revertir la reforma, pues ésta no legisla la proporción entre el financiamiento público y privado sino sólo en cuanto a lo que reciben de recursos estatales. Y agregó:
“En lo que la Corte sentó precedente es en los recursos que los partidos estatales reciben… No (es inconstitucional) porque no plantea cambiar las reglas respecto al financiamiento público y privado”.
Sin embargo, ahora fue el presidente del INE, Córdova Vianello, quien advirtió que el tema del financiamiento a los partidos políticos es un dilema jurídico que tendrá que ser atraído por la Suprema Corte, pues “la ley general de partidos establece cuál es la fórmula de cálculo para determinar el financiamiento de los partidos, y se está abriendo un dilema jurídico que terminará ante la Suprema Corte…”.
Ojalá y los poderes Ejecutivo y Legislativo hayan realizado un análisis jurídico a profundidad de esta reforma por la que se han “echado las campanas al vuelo, pues si la Suprema Corte se encarga de echar “el gozo al pozo”, la decepción será enorme no sólo para quienes se vanaglorian de ser los padres de la misma sino de todos quienes aplaudimos el paso dado.
Al tiempo.