El ex diputado federal Leobardo Alcalá Padilla ha sido el primero en salir a la palestra y levantar la mano para decirle a los priistas que quiere ser su nuevo dirigente, en sustitución de José Socorro Velázquez Hernández. Esto lo hace en vísperas de que sesione el Consejo Político Estatal mañana sábado, en la que inicialmente estaba previsto se determinara el método de elección de su nuevo presidente, pero este punto ha sido pospuesto.
Alrededor del “destape” de Alcalá Padilla se han registrado una serie de versiones sobre los motivos de su postulación y la mayoría coincide en que es el mensaje que el Grupo Universidad (léase Raúl Padilla López) envía al gobernador Jorge Aristóteles Sandoval de que no está de acuerdo con el trato que le ha dado, los espacios que le ha regateado o negado, y que por eso ahora van concretamente por la dirigencia estatal.
No estoy convencido que éste sea el motivo de la postulación de Leobardo Alcalá y no descarto que sea una decisión personal del también ex regidor tapatío a la que no tiene porqué oponerse el jefe del grupo universitario Padilla López. No descarto, eso sí, que  este “destape” le puede traer a Alcalá Padilla una ganancia indirecta: no ser dirigente del PRI, pero sí integrante del nuevo comité estatal.
Algo similar al caso de Rubén Vázquez, el hoy dirigente estatal de Movimiento Territorial.
Al tomar esta decisión, Leobardo Alcalá sabe que el nuevo dirigente estatal del PRI es quien decida el gobernador Sandoval Díaz, de acuerdo a los usos y costumbres de los priistas, máxime si tomamos en cuenta que el designado será quien tenga las riendas frente al próximo poceso electoral del 2018, siempre y cuando el candidato a la gubernatura no decida otra cosa como también es ya tradicional, pero decidió manifestar sus aspiraciones.
Pero, ¿será Alcalá Padilla el único que se vaya “por la libre”? ¿Alguien más levantará la mano y hará públicas sus aspiraciones de ser dirigente? ¿Estaremos viendo en esta contienda nuevamente al propio Rubén Vázquez que desde el MT ha emprendido prácticamente una campaña a lo largo y ancho del estado? ¿O será esta la forma de permitir el desahogo de algunos aspirantes, en tanto se tiene atrás de la palestra a quien sustituirá al “Coco” Velázquez?
Respecto al método de elección hay quienes se han pronunciado a favor de un proceso abierto a la militancia con el argumento de siempre: que el PRI debe de ser democrático. Pero se les olvida que, precisamente, el Revolucionario Institucional nunca lo ha sido, y cuando hace el experimento de serlo, el resultado ha sido desastroso y terminan por pelearse todos contra todos, de ahí que no descartemos que se decida un método que disfrazado o bañado de “democrático” asegure la llegada de quien será el desigando por el dedo del Gran Elector, del primer priista del estado.
Por lo pronto, estaremos al pendiente de lo que suceda mañana en esta sesión del Consejo Político en la que está anunciada la presencia del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, que podría aprovechar el escenario para lanzar un nuevo mensaje en torno al “gasolinazo” y las medidas que ha impulsado al respecto.
Ya veremos, pues.