Cuatro días antes de la elección del siete de junio pasado, se hizo público un video donde se ve al hoy alcalde electo de Zapotlán el Grande, el emecista Alberto Esquer Gutiérrez, en clara petición de “moches”.
La grabación testimonia la reunión de Esquer, con el alcalde de Zapotiltic de hace cinco años, en la que el entonces diputado federal del PAN le informa al presidente municipal que ya le consiguió cinco millones de pesos de recursos federales para pavimentación, le pide que asigne las obras a un solo constructor (escogido por él), y además que desvíe parte del dinero para hacer un consultorio y darle nómina a tres personas.
Con toda claridad le pide el 15 por ciento del valor de las obras, “porque eso es lo que nos pide Hacienda”.
El contenido de ese video, que no se ve alterado, fortalece otra acusación, la de un exalcalde de Amacueca, que también señaló a Esquer por pedirle “moches” a cambio del dinero gestionado como diputado.
Además se complementa con la investigación realizada en su momento por el diario Milenio Jalisco, que exhibió que la cuenta bancaria del entonces diputado local panista tenía movimientos mensuales por alrededor de 500 mil pesos, muy lejos de su sueldo de legislador.
Al contestar el contenido del video, Alberto Esquer se limitó a decir que era parte de la “guerra sucia” emprendida por sus opositores por la ventaja que llevaba en las encuestas. Como se sabe, al final sí resultó ganador de esa elección municipal, postulado por el partido Movimiento Ciudadano (MC).
El asunto aquí, como en otros, es que no se le puede dar un carpetazo al asunto de Alberto Esquer, simplemente porque ya ganó las elecciones. Evidencias hay, suficientes, para que tanto autoridades estatales como federales abran una inmediata investigación al hoy alcalde electo de Zapotlán.
Ante las fuertes y documentadas sospechas de corrupción, no se puede aceptar que simplemente porque ganó la elección en Zapotlán y porque MC tuvo un muy buen resultado el siete de junio, Alberto Esquer siga gozando de la impunidad y, peor aún, que vaya a administrar los recursos públicos de los zapotlenses con estas sospechas y sin ser debidamente investigado, y castigado en el caso de encontrársele culpable.
Tampoco se pueden justificar diciendo que fueron actos cometidos hace cinco años o que se trató de simples actos de “guerra sucia”.
Ganar una elección no debe ser más una justificación para la impunidad.