En el marco entre que el senador Clemente Castañeda anunciaba que no se registraría por la candidatura de Movimiento Ciudadano a la gubernatura y la solicitud de licencia de Jesús Pablo Lemus Navarro y su posterior registro en la Ciudad de México, se registraron dos comidas que quizás para algunos sólo hayan sido eso: comidas, pero que tienen su propio significado y trascendencia política en lo que hoy sucede y sucederá con miras al proceso electoral del 2024.

La primera de ellas fue entre el precandidato Lemus Navarro y el aún secretario del Sistema de Asistencia Social, Alberto Esquer Gutiérrez, en la que habría estado como testigo el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Ahí, el munícipe de Guadalajara con licencia habría hecho lo que no se ha atrevido a hacer en público como debería de ser: se disculpó -algunos dicen que le pidió su perdón- con Esquer Gutiérrez por haberlo ofendido, faltarle al respeto e injuriado hace un año, confesándole además que necesitaba de su ayuda y apoyo porque él no podía sólo en todo el estado.

Ignoramos con puntualidad la respuesta del ahora aspirante al Senado de la República, pero seguramente aceptó el “mea culpa” de Lemus, pues su conducta ha sido institucional y ha hecho acto de presencia precisamente en los municipios donde no conocen a Lemus, pero a él sí, principalmente los fines de semana cuando su responsabilidad como secretario se lo permite. Y seguramente así continuará.

La pregunta que queda es: ¿Cuándo fue la comida en la que Lemus Navarro le pidió, en privado, perdón a Manuel Romo Parra, dirigente estatal de MC, a quien también al igual que a Esquer, ofendió, le faltó al respeto e injurió públicamente?

No haberlo hecho en público lo pinta de cuerpo completo.

La otra comida la encabezó el gobernador Alfaro Ramírez, prácticamente en “petit comité”, con sus colaboradores más cercanos, podríamos decir: aquellos que perteneces a “su” movimiento, días después de que Clemente se hizo a un lado de la carrera por la candidatura estatal, y ahí habría pronunciado un discurso conminándolos a estar tranquilo, a no inquietarse ni mucho menos preocuparse, seguramente por su futuro político, el del Grupo Jalisco y el movimiento que prácticamente ellos crearon.

Y soltó una frase que se les quedó muy grabada a algunos de los escuchas: “No se preocupen, recuerden que como en el futbol: un minuto tiene 60 segundos…”.

¿Qué quiso decirles con esa frase que se le atribuye al finado y excelente comentarista de futbol don Fernando Marcos? ¿Qué minuto de que escena es al que deben de estar atentos los invitados a esa reunión? ¿Cuáles 60 segundos pueden definir el resultado final, que es a lo que originalmente se refiere esta famosa frase? ¿Acaso se refirió a la definición de la candidatura de Movimiento Ciudadano? ¿O, quizás, al último minuto del domingo 2 de junio del 2024, antes de que se cierren las casillas?

Al interior de Movimiento Ciudadano y del propio gabinete alfarista, más de uno ha augurado que “vendrán sorpresas”, sin saber exactamente si se referían a la designación de Salvador Zamora como coordinador de precampaña de Lemus Navarro o a hechos que aún están por suceder.

Para quienes conocen los “entretelones” de lo que sucede en Movimiento Ciudadano, pero particularmente en Casa Jalisco, muchas cosas están por suceder en torno al proceso electoral a nivel estatal y nacional, en el que de confirmarse la llegada de Marcelo Ebrard a la candidatura presidencial podría modificar mucho el escenario local que hoy existe. Pero de este último punto, comentaremos en una próxima entrega.

Por lo pronto, aconsejan que en Movimiento Ciudadano nadie se vaya a decir, al transcurrir de los días, que lo sorprendieron.

Y si no, al tiempo…