Por Julio César Hernández

Corrección: contra lo referido ayer en este espacio, el secretario de Vialidad, Manuel Verdín Díaz, sí fue electo consejero estatal del PAN. De los cien, ocupó el lugar número 92 al obtener apenas 543 sufragios.

Hecha la aclaración, vale decir que la derrota de los emilistas en la asamblea estatal no solo fue en cuanto al número de consejeros que obtuvieron –únicamente 29-, sino que el primero de ellos quedó en el lugar número 68, que fue Ramón González González, subprocurador para delitos contra la piratería, con 619 votos.

A partir de esa posición –en sentido ascendente- fue que comenzaron a aparecer en la lista de los electos los consejeros emilistas que, en su mayoría, obtuvieron menos de 600 sufragios, de los 2 mil 345 delegados participantes.

O sea que del lugar número uno hasta el 67, todos los consejeros electos están identificados con la corriente del dirigente Rosales Castellanos, y de los 33 restantes, 29 pertenecen al equipo de los Herbie Boys.

Y los 23 candidatos al Consejo que no lograron llegar al listado de los cien, todo ellos son emilistas.

Aquí es importante destacar que la mano de los lalistas se hizo sentir en el hecho de que tres de los principales operadores políticos del grupo del Ejecutivo, prácticamente entraron de panzazo en los tres últimos lugares: el regidor Alejandro Madrigal Díaz, en el lugar número 98 con sólo 539 votos; Diego Monraz Villaseñor, ex director del OCOIT, en la posición 99, con 538 sufragios; y Sergio Tavares Orozco director del Instituto Jalisciense de la Juventud, en el lugar número cien, también con 538 votos.

En algunos medios se manejaron como emilistas a Francisco Márquez Martínez, oficial mayor administrativo de San Juan de los Lagos, y a Marco Antonio Barrera Tachiquín, presidente de la delegación municipal del PAN en Tuxcueca, pero ambos forman parte del grupo de Rosales Márquez.

La confusión se dio en el hecho de que en la lista que se repartió entre los emilistas, aparecían ambos nombres y por ellos sufragaron, pero obligados porque tenían que elegir a 60 candidatos. Ni uno más ni uno menos. O el voto se anulaba.

Cuentan que ante los hechos que se veían venir en esa jornada dominical, entre los emilistas quedaba la sensación de algo así como: “al cabo que ni queríamos”, y que ahora sus baterías comenzarán a aceitarlas con miras a contender por las candidaturas que estarán en juego para los comicios del 2009.

Y por supuesto que en esta contienda viene otro capítulo de desencuentros entre los panistas.

Pero esa historia comenzará a escribirse después de mayo, cuando Eduardo Rosales haya sido reelecto como dirigente estatal del panismo jalisciense.

Pero para comenzar a escribir aquel nuevo capítulo, los emilistas tendrán que resolver primero a quién lanzan como contendientes para alcaldías importantes como Guadalajara y Zapopan, pues ahí hay varios aspirantes.

En este sentido, tendrán que definirse por Antonio Gloria o Rodolfo Ocampo, para Guadalajara, y por Diego Monraz o Joel Arellano, para Zapopan.