Por Julio César Hernández

Coincidimos hace algunas semanas en una pizzería.

Mientras esperábamos que amainara el fuerte aguacero que aquel domingo no sólo causó estragos en la zona metropolitana sino que provocó la muerte de cuatro personas, platicamos brevemente sobre temas sin importancia.

Él se encontraba presionado de tiempo, pues la fuerte lluvia le impedía salir del local y cumplir con su labor en Radio María, donde tiene un espacio de conducción. Faltaban 20 minutos para entrar al aire y él estaba atrapado por la lluvia.

En aquella ocasión, Fernando Montes de Oca, no hizo ni una sola referencia al proyecto de crear un nuevo partido político.

Hoy su nombre aparece entre quienes como miembros del Movimiento de Participación Solidaria pretenden fundar el Partido Humanista, donde presuntamente darían cabida a un sinnúmero de panistas que forman parte del ala radical dentro de Acción Nacional, como se ha difundido en algunos medios de comunicación.

Montes de Oca fue un activo ecologista, bajo cuyo tema se convirtió, inclusive, en comentarista de televisión, que posteriormente trabajó muy de cerca con Daniel Ituarte Reynaud, cuando éste despachaba como presidente municipal de Zapopan y posteriormente cuando fue designado, por el entonces gobernador Alberto Cárdenas Jiménez, como secretario de Seguridad.

En la Secretaría de Seguridad, Fernando Montes de Oca fungió como director general de Prevención del Delito.

En esta charla de algunos minutos en la pizzería, Montes de Oca no adelantó nada de lo que hoy está en boca, particularmente, de los panistas. Ya sea para reconocer como un derecho ciudadano el fundar una nueva organización política o para descalificar esa posibilidad. Pero inclusive, hay panistas que hasta celebran ese proyecto, y no son aquellos que forman parte del mismo.

Se trata de panistas del ala tradicional y ortodoxa, que ven en la creación del Partido Humanista la oportunidad de “sacudirse” a todos aquellos militantes radicales, ubicados o identificados más con el perfil de neopanistas, que ingresaron al blanquiazul previamente a las elecciones de 1988, cuando se eligió como candidato presidencial al finado Manuel de Jesús Clouthier del Rincón.

Pero están conscientes que no todos éstos militantes abandonarán las filas del PAN para sumarse al nuevo partido. No al menos aquellos neopanistas pragmáticos que saben que la única forma de acceder a puestos o cargos dentro del poder es quedarse en Acción Nacional.

También descartan que panistas como Alberto Cárdenas Jiménez o José Luis Luegue Camargo, cuyos colaboradores o ex colaboradores forman parte del Movimiento de Participación Solidaria, formen parte de los presuntos fundadores del nuevo partido o que entre sus planes esté salirse del PAN.

Así, pues, dentro del propio PAN se hacen votos porque deveras se funde ese nuevo partido, que les permitiría depurar sus filas de algunos panistan no deseados.