“¿Apruebas o desapruebas el gobierno de Enrique Alfaro Ramírez como presidente municipal de Tlajomulco?”, es la pregunta que, palabras más palabras menos, responderán todos aquellos habitantes de este municipio que decidan responder a la convocatoria de su gobernante.
Habría que preguntarse: ¿Es suficiente una pregunta categórica y radical para evaluar a todo un gobierno que tiene claroscuros, pros y contras, aristas buenas y malas?
¿Por qué colocar contra la pared al ciudadano poniéndole enfrente una sola pregunta a la que deberá de responder un simple: si o no?
¿No es tramposa esta única pregunta para que a quien eligieron en julio del 2009 decida si se va o se queda unos meses más al frente del gobierno municipal?
¿No sería más honesto pedirle a la ciudadanía que como gobernante evalúe tu actuación calificándote la amplia gama de aspectos que tiene un gobierno? Por ejemplo:
¿Estás o no de acuerdo con las obras públicas que he llevado a cabo en tu colonia?
¿Estás o no de acuerdo con la seguridad pública que existe en tu colonia?
¿Cómo calificas la actuación de la Policía Municipal?
¿Estás o no de acuerdo en como he manejado los recursos económicos del Ayuntamiento?
Y así, varias preguntas más que lleven a realizar una verdadera evaluación de la actuación del gobernante, sin faltar aquella que dice: “¿Cuáles consideras que han sido mis errores y cuáles mis aciertos?”, para poder cuantificar cuáles son más y cuáles menos, y entonces sí tomar una decisión.
La verdad que el ejercicio que desde hace una hora comenzó a realizar Alfaro Ramírez y su equipo de colaboradores será todo un exitazo… mediático. Nada más.
Sin duda que al final de la jornada podrá sentirse satisfecho y estará muy contento, como después de cada actuación lo estaba el inolvidable Beto “El Boticario” a quien en la “Carabina de Ambrosio” César Costa lo premiaba con el grito que se hizo clásico:
“¡Magazo…!”.
Y se cerrará el episodio dominical con la música de fondo: “Tata tiu, tata tiu, tata tiu…”.