A puerta cerrada, en un hotel en Tlajomulco, el Partido Movimiento Ciudadano determinó -y en varios casos simplemente ratificó la decision de su líder moral como Gran Elector- a quienes serán sus candidatos a 94 presidencias municipales y 20 a diputados locales.
Extrañamente en el comunicado oficial emitido más tarde, sólo en dos distritos se da a conocer los nombres de ambas fórmulas (propietario y suplente): en el uno y el cinco, en tanto en los 18 restantes sólo se reveló el nombre del propietario… sin suplente.
La elección o ratificación de sus candidatos estuvo a cargo de la Asamblea Electoral Estatal del Partido Movimiento Ciudadano, integrada por ocho alcaldes, ocho diputados locales, dos diputados federales, la dirigencia del partido y… “líderes representativos de Jalisco”, dice el comunicado sin precisar los nombres de estos líderes -así que usted ponga ahí a todo el que se le venga a la mente-, aunque no se sabe si entre estos “líderes representativos” están algunos candidatos que dicen no militar en este partido político pero que, por lo tanto, habrían votado por ellos mismos.
Por supuesto que no hubo sorpresa alguna en los nombres de quienes serán candidatos a presidentes municipales en la zona metropolitana, salvo en el caso de… Tonalá.
Los integrantes de la Asamblea Electoral -incluidos los “líderes representativos de Jalisco”-, ratificaron la decisión de Enrique Alfaro Ramírez para que fueran candidatos a las alcaldías de Zapopan, Jesús Lemus Navarro; a Tlaquepaque, María Elena Limón; a Tlajomulco, Alberto Uribe Camacho; a Puerto Vallarta, Arturo Dávalos Peña -identificado más como “ramoncista” que como “alfarista”-; y a Guadalajara… el propio Alfaro Ramírez, quien fue el primero y único en elegir por qué municipio quería contender.
Claro que la Asamblea Electoral -incluidos los “líderes representativos de Jalisco”- también ratificó la decisión de Alfaro Ramírez de que los candidatos a la alcaldía de Tonalá no fueran ni el ex panista y ex presidente municipal interino Agustín Ordoñez ni Salvador González, hijo de Salvador González del Toro, también ex panista y quien fue regidor y alcalde interino tras la salida de Jorge Vizcarra.
Para sorpresa de no poco el ungido fue Florentino Márquez, un hombre de 56 años, de quien dicen que no tiene ninguna experiencia política ni en la administración pública, e integrante del Sindicado Nacional de Trabajadores del IMSS.
Al interior del propio alfarismo aseguran que la designación de Florentino Márquez fue resultado de una negociación cupular con el sindicato del IMSS, cuya una de sus alas se inclinaría al alfarismo-pemecismo, mientras que la otra se quedaría en el PRI donde su dirigente estatal, Pablo Castillo, es candidato a diputado federal por el distrito 14.
Sin este acuerdo cupular no se explican cómo Márquez pudo desplazar a dos jóvenes políticos tonaltecas que dicen pudieran dar más pelea a sus adversarios Sergio Chávez, del PRI, y Jorge Vizcarra, del PAN.
Y es que cuentan que, por un lado, alentaron la participación activa de Salvador González -quien dicho sea de paso no quedó conforme con no haber sido elegido- y, por el otro, obligaron a venirse a Jalisco, y concretamente a Tonalá, a Agustín Ordoñez quien residía ya  en otra entidad. Le prometieron “el sol y las estrellas” y a final de cuentas le encontaron “peros” para no ser el postulado, lo mismo que a Salvador González.
Así, pues, aseguran que la designación de Florentino Márquez deja en entredicho las declaraciones del alfarismo de que no son un partido corporativo, cuando cuentan que su designación fue apostándole a que un sector del sindicato del IMSS vote por el candidato del Partido Movimiento Ciudadano.
Por eso reitero: todos son iguales o todos son lo mismo.