Hay quienes me aseguran que con los grupos panistas que gravitan alrededor del diputado Guillermo Martínez Mora para que sea el candidato del PAN a la presidencia municipal de Zapopan es suficiente para que salga airoso de la contienda interna frente al también legislador, pero federal con licencia, Omar Borboa Becerra, quien ha cuestionado la postulación de su adversario ante el acercamiento que tiene con el alfarismo del Partido Movimiento Ciudadano y sus críticas a no pocos correligionarios.
Es posible que los militantes que conforman los grupos del regidor José Antonio de la Torre Bravo y del ex titular de la Secretaría de Vialidad (hoy de Movilidad), Alfonso Rejón Cervantes, más algunos otros que se les han sumado tras conocerse quién sería su abanderado, sean los suficientes para imponerse en la jornada electoral. Pero para ello, quiéralo o no, Martínez Mora tendrá que cumplir algunos retos para convencer a los panistas por qué merece una segunda oportunidad para ser nuevamente su candidato. Apunte:

  • Demostrar que su disciplina e institucionalidad para con su partido, el PAN, no será en función de sus intereses políticos particulares. Apunto lo anterior, luego de que fue notorio que le bajó a la cantidad e intensidad de sus críticas a sus correligionarios diputados y a su dirigencia, al ver que crecían seriamente las posibilidades de ser el candidato a la presidencia municipal.
  • Demostrar con hechos sus dichos. Es cierto que durante el período que pendió sobre él la “espada de Damocles” de la expulsión, declaró ante los medios que él era panista, que buscaría mantenerse en las filas del blanquiazul y que recurriría, incluso, a los tribunales para en caso de ser expulsado lograr en la mesa revertir esa decisión de la Comisión de Orden (que valga decir que hoy esta Comisión está convertida en una caricatura al no emitir un fallo -a favor o en contra- sobre la situación de los tres procesados: Martínez Mora, Alberto Esquer y Víctor Manuel Sánchez). Sin embargo, sus hechos decían otra cosa: un “coqueteo” y complicidad con el alfarismo.
  • Demostrar que no se convertirá en un “caballo de Troya” en el PAN. O sea, que en los hechos demuestre que enfrentará con seriedad, en el terreno electoral, a sus adversarios políticos del PRI-PVEM, del PRD y… del Partido Movimiento Ciudadano, sea quien sea.

Omar Borboa cuestionó anteayer en rueda de prensa que el PAN haya prácticamente “premiado” la rebeldía e, inclusive, la traición de Martínez Mora evitando su expulsión y permitiendo su postulación como precandidato a la presidencia municipal de Zapopan, y hemos de decir que no sólo Omar Borboa y sus seguidores piensan así. Hay otros panistas que no están en ningún bando ni en el otro y que coinciden con esta opinión, pero que esán a la espera del paso de los días y semanas, y particularmente de la precampaña o campaña interna para decidir el sentido de su voto.
Es así que Guillermo Martínez Mora no tiene el camino allanado para lograr la candidatura del PAN a la presidencia municipal de Zapopan. Y si bien podría salir victorioso, tendrá que superar otra aduana que en la campaña constitucional le pueden imponer los propios panistas inconformes.
Al tiempo.