Texto íntegro del Mensaje de Emilio González Márquez en el Congreso del Estado después de tomar Protesta como Gobernador de Jalisco, el 1 de Febrero de 2007.
Distinguidos invitados, amigos de los medios de comunicación:
Con profundo sentimiento de responsabilidad y amor por esta tierra, acudo ante este Honorable Congreso del Estado de Jalisco, a rendir Protesta Constitucional para asumir el cargo de Gobernador del Estado de Jalisco.
Los jaliscienses merecemos una mejor calidad de vida y deseamos heredar una mejor sociedad a nuestros hijos; para ello, es imprescindible reconocer nuestras fortalezas, lo que hemos avanzado a lo largo de estos años, lo que hemos hecho bien, así como los rezagos que padecemos, las carencias que sufrimos, y la magnitud de los problemas a los que nos enfrentamos, día a día.
Y es que Jalisco es tierra de contrastes; al mismo tiempo que Lorena Ochoa logra triunfos o que Carlos Santana trasciende, y que Guillermo del Toro demuestra ante el mundo que el trabajo de los jaliscienses es de calidad, existen en nuestro Estado voces de exclusión y desesperanza.
Junto a jaliscienses que son exitosos, que atraen inversiones y que muestran el rostro de un Jalisco de primer mundo, conviven marginados, de casas de cartón, con piso de tierra, sin energía eléctrica, y sin agua potable.
Junto a jóvenes que han alcanzado grandes logros académicos en nuestras universidades, conviven otros que no han encontrado espacio para seguir con sus estudios.
Mientras algunos jóvenes tienen qué abandonar sus familias en busca de un trabajo digno, otros se pierden en el esclavizante mundo de las adicciones.
Existe el Jalisco de los grandes recursos naturales, de los bosques, ríos y mares, y también el de la contaminación, de la inversión térmica, de la basura, de la deforestación, y de las aguas negras.
El Jalisco de universidades de gran calidad, y el de jóvenes y niños, que aún hoy, dejan la escuela, porque no alcanza para el camión.
El Jalisco de tradiciones familiares, y el de muchas jovencitas que a corta edad tienen la responsabilidad de encabezar un hogar.
El Jalisco de grandes hospitales, de excelentes especialistas, y avances en medicina, pero también el Jalisco de las comunidades sin atención médica adecuada o sin recursos para medicamentos.
Existe un Jalisco acogedor, hospitalario y amable, pero también uno, donde madres de familia esperan con temor el regreso de sus hijos por las noches.
Porque vivimos en un Estado líder, líder en producción agropecuaria, líder en exportaciones, en turismo, en triunfos deportivos, y más; mismos logros que conviven con la pobreza, con la marginación; con personas con adicciones, con adultos mayores abandonados, con personas que no saben leer, que ni siquiera saben reconocer su propio nombre.
Conformamos, es cierto, un Estado pujante, que crece en exportaciones e infraestructura, y que contrasta con instituciones amenazadas, entre ellas la familia, manifestándose con un alarmante número de suicidios, con incremento en las adicciones, y con un creciente fenómeno de desintegración.
Estas son algunas facetas de la compleja, y al mismo tiempo esperanzadora realidad, que se llama Jalisco.
Es importante aprovechar las fortalezas, los recursos y los éxitos obtenidos, para combatir estas realidades lacerantes, que claman por una respuesta; no podemos negar que los avances en nuestro Estado son muchos, pero también sería falso creer que todo está hecho, y que no hay nada por mejorar.
El reto que tenemos, todos, sociedad y Gobierno, es construir un Jalisco más humano, combatiendo las causas que generan tales injusticias, por ello, hemos definido tres líneas prioritarias:
Primero, que el producto del trabajo alcance para más; no es sólo buscar que haya más empleos, sino mejores empleos; encontrando mecanismos para que las familias incrementen sus ingresos; debemos lograr empleos dignos, a través del crecimiento de la economía.
Segundo, queremos vivir en un Estado de paz y tranquilidad, sin incertidumbre, y sin temor; el Gobierno del Estado encabezará los esfuerzos para que, juntos, mantengamos espacios seguros para todos nosotros, para nuestras familias, y para nuestra comunidad; espacios en donde nuestros hijos vivan alejados de la drogadicción, y en donde no impere la violencia.
Tercero, encabezaremos una lucha por vivir en un entorno digno, sin basura, con agua limpia, preservando los recursos naturales para nosotros, y para las siguientes generaciones; esto lo tenemos qué lograr en un Jalisco de ciudades ordenadas, con adecuada movilidad, y de zonas rurales con servicios básicos suficientes y de calidad.
Para eso estamos en el Gobierno; para eso estamos en la función pública; porque entiendo la política como un modo de servir, especialmente a quienes menos tienen; el reto es lograr un Jalisco, en donde todos, sin excepción ni distingos, tengan acceso a educación de calidad, a un trabajo bien remunerado, a instituciones de salud competentes, y a vivir en un entorno seguro, limpio y ordenado.
Pero el Jalisco que queremos sólo puede ser resultado del esfuerzo y participación de todos; logremos esto a través de la Gran Alianza por Jalisco, una gran alianza para la justicia social, mediante la solidaridad, y la competitividad.
La herramienta para lograrlo iniciará con un Gobierno que produzca resultados, que sea exigente y eficaz; un Gobierno honesto, que rinda cuentas, y que sea transparente.
Aspiramos a constituirnos en el Estado más transparente del país, es la única manera en que un Gobierno puede generar confianza.
Como Gobernador, reitero ante ustedes, señores diputados, mi compromiso personal, y el de todos mi equipo, por aprovechar de la mejor manera posible los recursos públicos que ustedes ponen en nuestras manos.
Un man
ejo pulcro y transparente de los recursos públicos con los que contamos, de tal forma que los ciudadanos puedan, también, seguir paso a paso su curso y destino.
Ustedes pueden tener absoluta certeza de que se utilizarán racionalmente, de manera correcta, sin despilfarros, honestamente.
Entendemos que la rendición de cuentas comprende también los resultados que los funcionarios y servidores públicos provoquemos.
El trabajo de todo funcionario del Gobierno del Estado estará sujeto a una revisión objetiva, de cara a la sociedad; no venimos a robar, ni a descansar; no venimos por glorias humanas, ni tampoco para abusar del poder; hemos venido a trascender, empeñando nuestras vidas en el servicio a los jaliscienses.
Se sabe que uno de los fines de la política es evitar el dolor evitable, es por ello que vale la pena el esfuerzo; por eso, los invito a que pensemos en grande; a construir un Jalisco sin hambre, a erradicar el analfabetismo; a eliminar la violencia intrafamiliar, a que las políticas de familia impregnen a la sociedad y al Gobierno, a que el acceso a la salud sea una realidad para todos; a que nuestras familias tengan vivienda digna.
Pensemos en grande, organizando los Juegos Panamericanos, construyendo el Museo Guggenheim, y creando la infraestructura que nos haga competitivos.
Pensemos en grande, trabajando unidos, con una visión compartida, con un objetivo en mente: Nuestras familias.
Pensemos en grande, y trabajemos para seguir construyendo el Jalisco en donde podamos vivir plenamente, en paz y armonía, porque sólo con el esfuerzo de todos, Jalisco será un Estado mejor.
No será fácil, pero en esta misión empeño mi vida. Muchas gracias.