El Rector General de la Universidad de Guadalajara está cometiendo los mismo errores en los que incurrió su amigo y socio político Arturo Zamora Jiménez.
Entre estos errores debe contarse la ilusión de que cultivar al Cardenal Juan Sandoval Íñiguez le servirá para que éste lo apoye a la hora de irse a medir con los panistas en las urnas.
Arturo Zamora le invirtió mucho tiempo y dinero al cardenal, con la ilusión de que éste lo prefiriera sobre los panistas a la hora de las elecciones.
Y, como se vio cuando se hizo público el informe del Consulado de los Estados Unidos, el cardenal sí se comprometió con Emilio González Márquez y no con Zamora.
Por la misma ruta va Carlos Briseño Torres: se desvive en alabanzas hacia el prelado, ya le aportó 10 mil pesos de su bolsa a la construcción del Santuario de los Mártires, ya ofreció donar una página web para anunciar dónde y a qué hora hay misas en todo Jalisco, y deja de acudir a importantes eventos siempre que el cardenal lo cita o lo invita a alguna actividad.
Por supuesto que dentro del cerebro de Carlos Briseño debe correr la misma ilusión que mantuvo Arturo Zamora: “a mí sí me quiere de verdad”.