¿Por qué de las 32 entidades del país solamente los gobernadores de 10 de ellas, integrados en la Alianza Federalista, han levantado la voz en protesta porque aseguran que el gobierno lópezobradorista les reduce el monto de los recursos económicos que consideran deben de recibir el próximo año?

Exceptuando los mandatarios de extracción morenista, que son siete, ¿qué sucede entonces con los 15 restantes que pertenecen a diversos partidos de oposición? ¿Acaso a sus entidades no les afectan esos recortes? ¿Quizás sus necesidades son menores a las de los gobernadores rebeldes? ¿Será, quizás, que ellos sí cuentan con canales de comunicación con el gobierno morenista y que a través de ellos resuelven sus problemas económicos? ¿O será que temen enfrentarse al gobierno federal y, concretamente, a Andrés Manuel López Obrador?

En esta lucha emprendida en contra del lópezobradorismo, los gobernadores rebeldes se quejan de que reciben del centro menos recursos de los que creen merecer, de acuerdo a lo que ellos le envían, y que se enmarcaría en lo que es el Pacto Fiscal; sin embargo, al mismo tiempo los mandatarios amenazan, con este pretexto, salirse del Pacto Federal. Todos ellos lanzaron la advertencia: “Estamos listos para dar la batalla política y jurídica”.

Más allá de filias o fobias hacia López Obrador o la 4T, vale preguntarse: ¿Quién tiene la razón en este asunto: los integrantes de la Alianza Federalista o el presidente de la República? ¿Quién miente? ¿O quién dice medias verdades?

López Obrador declaró anteayer que la postura de los mandatarios inconformes obedece a que “estamos en temporada de elecciones y se están agrupando en contra nuestra pensando en que así tendrán votos (…). Es una actividad propia de la temporada electoral… están desatados”.

Cabe recordar, una vez más, que en cuatro de los 10 estados que conforman la Alianza habrá elección de gobernador: Colima, Chihuahua, Michoacán y Nuevo León, mientras que el mandatario jalisciense, Enrique Alfaro, se promociona como prospecto a ser presidenciable en 2024.

Ayer una vez más, en la mañanera y sin pregunta de por medio, el presidente López Obrador se refirió al reclamo de los aliancistas de mayor cantidad de recursos hacia sus estados en el presupuesto federal. Explicó:

“Esto tiene que ver con la Constitución, no es un asunto personal (…). Sostuve que se tendría que llevar a cabo una reforma constitucional para cambiar la fórmula de la distribución del presupuesto. Hay estados que solicitan más recursos y esos recursos son los que se entregan a otros estados, porque el presupuesto federal no se distribuye a capricho. Existe una fórmula en donde a las entidades federativas se les entrega un monto anual de acuerdo a la población y a otros parámetros; esto está conveniado, aceptado, y obedece a un mandato constitucional. Estos acuerdos se empezaron a establecer desde los años 80’s en la Ley de Coordinación Fiscal…”.

Curiosa y coincidentemente, sobre lo anterior López Obrador puso como ejemplo a Jalisco y dijo: “(…) Claro que tenemos diferencias con el gobernador de Jalisco, y actuamos en el marco de la legalidad. Les puedo decir a los ciudadanos de Jalisco que no le debemos nada al gobierno del estado de Jalisco, que entregamos puntualmente sus participaciones, que no se les demora la entrega de sus recursos. Y así como en Jalisco, en Yucatán, Chihuahua, Chiapas o en la Ciudad de México…

“Que la gente conozca toda la información -agregó-, que no se engañen. Dicen (los aliancistas) que los recortes les afecta, pero en qué les afecta si los recortes los hace el gobierno federal y aplican para los gastos del gobierno federal…

“Que no anden diciendo que no les entregamos recursos. No les debemos nada, y si tienen pruebas (de) que no se les ha entregado, que las muestren… Les diría que hasta nos nos deben, si hacemos cuentas en algunos casos que no han pagado impuestos muchos estados…”.

E insistió: “Esto es electoral para tratar de sacar votos, y piensan que si acusan al presidente van a tener muchos simpatizantes del sector conservador”.

¿Qué tiene que decir el gobernador Alfaro de lo dicho ayer por López Obrador, quien se refirió concretamente a Jalisco como un ejemplo de que la federación no les debe nada a los estados aliancistas ni les ha reducido lo que constitucionalmente les corresponde, de acuerdo, dijo, a la Ley de Coordinación Fiscal? ¿Quién miente: Andrés Manuel o Alfaro y el resto de los gobernadores rebeldes? Si el presidente miente, ¿no debería Alfaro también tomarle la palabra y presentar las pruebas que les pidió presentaran, que demuestren que nos les ha entregado los recursos que debe de entregarles? De hacerlo, sería un “hitazo” mayor que el de realizar una “consulta” a mano alzada después de entregarles cheques a los consultados, ¿no?

Vamos, no fue mera coincidencia que López Obrador pusiera como ejemplo de cumplimiento en la entrega de recursos federales a Jalisco. Lo hizo sabedor de que eso tiene un significado muy especial y particular, no sólo porque Alfaro liderea a los gobernadores rebeldes sino porque es una forma también de ajustar cuentas con su ex aliado.

Aquí no se trata de defender a López y criticar a Alfaro o defender a Enrique y atacar a Andrés Manuel. De lo que se trata es de que los jaliscienses conozcan la verdad, la realidad de las cosas, y que quede claro que todo este movimiento no tiene carácter electorero.

Ojalá, pues, que ahora que Andrés Manuel se la “cantó” directamente a Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco le demuestre con evidencias tangibles -“papelito habla”- y no sólo con un discurso al presidente de la República y a los jaliscienses, especialmente, de que no es cierto lo que dijo López Obrador y que Jalisco sí recibe menos de lo que debe de recibir de acuerdo a la Ley de Coordinación Fiscal o a lo que reglamente dicha entrega.

De no hacerlo, entonces le estará dando la razón a López Obrador de que su postura, y la del resto de los aliancistas, es de carácter electoral.

Y si no, al tiempo…