En la “mañanera” de anteayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró sobre la inconformidad mostrada por el grupo de gobernadores integrantes de la Alianza Federalista:

“Claro que tenemos diferencias con el gobernador de Jalisco, y actuamos en el marco de la legalidad. Les puedo decir a los ciudadanos de Jalisco que no le debemos nada al gobierno del estado de Jalisco, que entregamos puntualmente sus participaciones, que no se les demora la entrega de sus recursos. Y así como en Jalisco, en Yucatán, Chihuahua, Chiapas o en la Ciudad de México…”.

Ayer, en un mensaje dirigido a López Obrador a través de un video en sus redes sociales, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez le dio la razón:

“En efecto, el asunto de las aportaciones y participaciones no está en el debate de parte nuestra. El gobierno federal no ha estado entregando los recursos de las aportaciones y participaciones de este año de manera puntual. No hay ninguna queja en ese sentido…”.

En la misma mañanera, López Obrador declaró:

“Que la gente conozca toda la información, que no se engañen. Dicen (los aliancistas) que los recortes les afecta, pero ¿en qué les afecta si los recortes los hace el gobierno federal y aplican para los gastos del gobierno federal…?”.

En su video-mensaje al presidente, Alfaro Ramírez le recuerda a López Obrador que tiene “pendientes” con Jalisco y le recrimina que en el proyecto del presupuesto federal para el 2021 no cumpla con las promesas hechas a los jaliscienses. Le reclama que cumpla “promesas”, no convenios o acuerdos formales y oficiales firmados entre el Gobierno Federal y el Gobierno del Estado donde ya estén establecidas obras en concreto y las condiciones en las que se llevarán a cabo (presupuesto, -si es sólo federal o de ambas partes-, tiempos, formas, etc.), cumpliendo, además, con los trámites que son requisito para iniciar el proceso y concluir con la obra realizada.

En estricto sentido, y ante el reclamo de Alfaro y demás gobernadores rebeldes, la ley no establece ni obliga al presidente de la República a cumplir “pendientes” o “compromisos” asumidos o prometidos de palabra ante el gobernador o ante los ciudadanos. Porque así se lo declaró ayer el mandatario jalisciense:

“El gobierno federal sí tiene pendientes con el estado de Jalisco, pendientes que yo he tenido oportunidad de platicar con usted…”. Le recrimina que su gobierno sí tiene pendientes con el estado, pero que -reconoce- ¡solamente fueron tema de una plática entre ambos!

Y luego le enumera esos “pendientes” que únicamente fueron o son de palabra porque como él mismo reconoció, “cuando pasamos al aterrizaje con los funcionarios (federales) no funcionan”. O sea, no hay nada en concreto y todo se quedó en eso: en una plática entre López Obrador y Alfaro.

Los “pendientes” que solo existen de palabra que Alfaro le exige a AMLO que cumpla con hechos son:

  1. Los 750 millones de pesos “comprometidos” del Fondo Metropolitano-sin convenio firmado, de por medio- para el proyecto del Peribús. (Una vez más reconoce que esto sólo fue un asunto de palabra: “Este proyecto lo platicamos usted y yo la última vez que vino, me dijo que lo viera con el secretario de Hacienda y nada ha caminado…). O sea que formal y oficialmente no hay nada.
  2. Están “pendientes” los recursos para el libramiento de Puerto Vallarta que sólo necesitan la aprobación del FONADIN. O sea, no están aprobados y, por tanto, no puede destinársele recursos en el 2021.
  3. Faltan 528 millones del Puente Federación, que no se le han entregado… al gobierno de Nayarit, que no ha dicho “esta boca es mía” al respecto.
  4. Están “pendientes” 424 millones de los 600 “que usted comprometió con el gobierno de Puerto Vallarta”. Otra vez, fue un simple compromiso de palabra, nada formal ni oficial con documentos de por medio.

Hay un quinto punto del que ese sí, según dijo, hay un convenio de por medio con la Comisión Nacional del Agua y que tiene que ver con 180 millones para el saneamiento de las aguas del río Santiago. Ahí sí deben existir los conductos legales para obligar su cumplimiento.

Luego, con sus reclamos sobre el proyecto del Presupuesto de Egresos del próximo año del gobierno federal que reduce su gasto en Jalisco, le vuelve a dar la razón a López Obrador cuando les cuestionó: “¿En qué les afecta si los recortes los hace el gobierno federal y aplican para los gastos del gobierno federal…?”.

Alfaro enumeró luego las obras o servicios federales en Jalisco a las que no se les asignó presupuesto federal, y algunos que fueron también sólo “compromisos” de “palabra, aún sin convenio o acuerdo documentado por escrito y con las firmas respectivas de ambas partes:

  1. “Usted en Jalisco se comprometió, en su última visita, a que iniciaba la construcción de la Línea 4 del Tren Ligero hacia Tlajomulco el año próximo; sin embargo, aunque ya tiene clave y registro ante Hacienda (…) no está etiquetado ni un solo peso…”. Otra vez, fue un “compromiso”.
  2. “No hay ni un solo peso etiquetado para el mantenimiento de las carreteras federales de la SCT”. ¿No es el gobierno federal quien debe de cargar con la responsabilidad de mantener en buen estado sus carreteras en Jalisco? ¿No será al gobierno federal al que los jaliscienses deben reclamarle que no lo haga?
  3. “No está etiquetado ni un solo peso en materia de Salud, particularmente los recursos del Insabi…”. Otra vez, ¿no es esa responsabilidad del lópezobradorismo y ser quien responda ante los beneficiados de este programa?
  4. “Tampoco hay un solo peso etiquetado en Fortaseg para poder apoyar a los policías municipales”. Un ejemplo más de que el gobierno federal debe de cargar con la responsabilidad de no aportar estos apoyos, pero de existir un convenio oficial de por medio, entonces también aquí hay la ruta correspondiente para hacer vales su cumplimiento por la vía legal.

Por otro lado, sobre el asunto que aborda respecto al reparto de los recursos federales hacia los estados, por muy injusto que pudiera parecernos, y si bien hay una Ley de Coordinación Fiscal, la Constitución Federal le da la potestad al jefe del Ejecutivo para decidir sobre la economía del país. A eso se atiene el presidente López Obrador.

Quizás, entonces, la estrategia de la confrontación, del pleito callejero, de las bravuconerías, del amago de romper con el Pacto Federal -porque eso fue lo que declararon inicialmente, aunque ahora reculen y lo nieguen-, no sea lo mejor para lograr su objetivo. Es cierto, los mandatarios rebeldes ruegan porque el presidente los reciba -ya le enviaron un carta y le propusieron la agenda-, pero difícilmente a un hombre como López Obrador lograrán “doblarlo” con esos desplantes.

Pero insisto: No se le puede exigir también, con actitudes como las que han tomado estos gobernadores, que cumpla con promesas o compromisos que sólo fueron de palabra -al menos como en el caso de Jalisco-, porque los primeros obligados a cumplir con sus gobernados serían los mismos Mandatarios estatales. Y en esto, Alfaro nos queda mucho a deber.

Por lo pronto, esperemos a conocer si López Obrador le responde a Alfaro o lo ignora. Y si atiende o no, la carta que le enviaron los aliancistas.

Al tiempo.