Candidatos PRI
Julio César Hernández
Quien crea que lo poco que haga Antonio Mateos Nuño (segundo de izq. a der.) al frente del gobierno de Tonalá ya será suficiente para superar el ajetreado y escandaloso trienio panista que está por terminar dentro de unas horas, se equivoca.
Mateos Nuño tiene frente a sí el compromiso ante los ciudadanos que lo llevaron al poder no sólo de responder a las expectativas generadas durante su campaña sino, además, regresar a la normalidad a un convulsionado municipio que vivió tres años con igual número de alcaldes -todos enfrentados entre sí-, y que por ello se vio frenado su desarrollo.
Pero no sólo eso. Integrante del grupo político al que pertenecen sus antecesores priistas, Mateos Nuño está también ante el compromiso de demostrar que con él llega una nueva generación de políticos tonaltecas que está dispuesta a modernizar la administración pública y a tener visión de futuro más allá del tradicional lamento de ser el “traspatio” de la zona metropolitana.
No es fácil la tarea que enfrenta, es cierto, por múltiples razones, internas y externas. Pero de ese tamaño también es la confianza que los tonaltecas depositaron en él y que está obligado a responder. Sí, no puede hacer lo imposible ni tampoco contará con la “varita mágica” para resolver todos los problemas de sus gobernados, pero sí deberá demostrar que se acabaron aquellos tiempos donde lo importante era velar por los intereses personales o de grupo, mateniendo al municipio en el rezago.
Insisto: el reto de Antonio Mateos no será superar lo hecho en el trienio que está por fenecer, sino ir más allá de lo que hicieron sus antecesores priistas: Palemón García, Jorge Arana, Vicente Vargas, Timoteo Campechano, Vidal Maestro…
A partir de ahí se marcará la línea de una nueva etapa política en Tonalá.