Gilberto Pérez Castillo

Como en el cuento de Pedro y el Lobo, Carlos Briseño Torres se empeña en bociferar semana tras semana que ahora sí ahí viene la sentencia que, según él, lo regresará a la silla de Rector General de la Universidad de Guadalajara, de la que fue retirado hace seis meses.
Desde el mismo momento de su salida, Briseño ha tratado de hacer creer que su regreso es inminente; sin embargo el tiempo se le va y la sentencia no llega.
Durante los primeros meses, Carlos Briseño logró atraer la atención de los medios, que corrían cada que los convocaba a recoger sus declaraciones.
Pero como el personaje del cuento, pronto las convocatorias de Briseño dejaron de atenderse cuando fue evidente que éste únicamente mentía para seguir estando presente en la opinión pública a través de los medios.
Ya pasó otra semana en la que Carlos Briseño y sus abogados aseguraron habría noticias. Y nada pasó.
Por todas estas mentiras, Briseño Torres no tendrá derecho a quejarse cuando los medios de comunicación definitivamente lo ignoren, como ya está sucediendo, pues él mismo se ha encargado de aniquilar su credibilidad.