Gilberto Pérez Castillo

El lunes de la semana pasada, en el domicilio del doctor Raúl Vargas López, quien es el candidato del Grupo Universidad de Guadalajara a la dirigencia estatal del PRD, una reunión para tomar acuerdos acabó con una pelea a golpes.

Recordando sus tiempos de porros estudiantiles, algunos miembros de ese grupo pasaron de la discusión a la violencia, misma que continuó hasta un día después.

Todo se originó en torno de la persona del diputado local Carlos Orozco Santillán, y básicamente por tres razones:

1. Por sus intenciones anunciadas de convertirse en el 2009 en el candidato a Presidente Municipal de Zapopan, a lo que se oponen quienes tienen el control de ese partido en el municipio,

2. Por la cercanía que el diputado Orozco sostiene con el actual Rector General de la Universidad, Carlos Briseño Torres, y

3. Por el estado inconveniente en el que llegó a la reunión, de acuerdo a las versiones de algunos presentes.

Así, la reunión que se convocó para negociar posiciones en el próximo consejo del PRD acabó en una dura golpiza que le propinaron al diputado sus compañeros de corriente dentro del partido.

Las versiones señalan que el diputado Orozco no se dio por vencido de la primera golpiza y que más tarde regresó con refuerzos por la revancha, esta vez acompañado de más gente y hasta armas.

Al día siguiente la violencia llegó hasta las instalaciones del sindicato de maestros de la Universidad de Guadalajara, a donde llegó Carlos Orozco a buscar al ex diputado local Roberto López para cobrar venganza de la noche anterior.

Así arranca la campaña de Raúl Vargas López, quien se las verá difícil para sacar adelante su elección, tanto por la oposición que enfrenta como por los conflictos al interior de su corriente.