Cuando todo parecía indicar que en esta ocasión el gobernador Enrique Alfaro Ramírez le ganaba la partida al presidente Andrés Manuel López Obrador en torno a las acciones preventivas por el coronavirus, nos encontramos con que, salvo los gobernadores de Morena, cualquier Mandatario estatal de oposición rebasó al Ejecutivo federal.

Sí, efectivamente, Alfaro Ramírez fue el primer gobernador que anunció la suspensión de clases a partir de hoy 17 de marzo y no del lunes 23 como lo decidió el gobierno federal, pero fue secundado por varios mandatarios más de oposición. Sin embargo, ante la tosudez del gobierno lópezobradorista para actuar, la actuación del propio López Obrador de no suspender su encuentro con simpatizantes, saludarlos de manos y repartir besos incluso a menores de edad, su mensaje de que las pandemias prácticamente “le hacen los mandados a México” y, para terminarla de “regal”, el que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, lo haya bautizado como una “fuerza moral” y no de contagio para la población, cualquier cosa en contrario que hagan sus adversarios políticos pierde brillantez y fuerza a ojos de la vida política en el país.

Sin duda que las decisiones preventivas hasta ahora tomadas por el gobierno alfarista ante la amenaza del coronavirus, son de reconocerse e, incluso, algunas de aplaudirse y creo que las mismas, contando con la colaboración de la propia sociedad jaliscienses, lograrán contrarrestar que lo que ha sido calificada como pandemia haga estragos en Jalisco.

Pero cuando estas decisiones aquí adoptadas estaban más que ubicadas para presumirse como un triunfo político del alfarismo, resulta que los yerros del gobierno federal le quitaron la atención y frustraron sus intentos de destacarse, pues hasta los propios emecistas, encabezados por su dirigente nacional, en su calidad de Senador, Clemente Castañeda, dirigió su atención y sus baterías en contra de la 4T al exigir la renuncia de López-Gatell.

Sin embargo, aunque hay quienes consideran que se aceleró, su mérito tiene Alfaro Ramírez al haber tomado las decisiones que tomó como la suspensión adelantada de clases y el poner a trabajar a su gabinete en la consolidación de otras acciones con los sectores económico y social de la entidad, incluyendo universidades e iglesias, que también respondieron con rapidez y sin resistencia alguna.

¿Le ayudará a Enrique Alfaro esta contingencia para que suban sus bonos ante los jaliscienses que lo han reprobado en su actuación en los 15 meses que van de su gobierno, colocándalo en la parte baja de las encuestas? ¿Le reconocerá la ciudadanía algún mérito en su actuación para contrarrestar en coronavirus? ¿Será el coronavirus, aunque suene paradójico, una bocanada de oxígeno político para Alfaro? ¿O seguirá pesando en su contra la grave inseguridad que priva en la zona metropolitana de Guadalajara, con o sin coronavirus, y seguirá con su aprobación por los suelos?

Al tiempo…