Por Julio César Hernández

El diputado Ignacio Guzmán García, presidente de la Comisión de Inspección, advirtió el fin de semana pasado que el auditor superior, Alonso Godoy Pelayo, pudo incurrir en responsabilidad si no se revisaron las cuentas públicas del 2006 de la Universidad de Guadalajara y del propio Congreso del Estado.

Pues en la Auditoría se asegura que si no se efectuaron dichas revisiones fue porque los propios diputados responsables no cumplieron con su obligación.

Cuentan que en el caso de la Universidad de Guadalajara, efectivamente el rector Carlos Briseño envió la documentación a la Comisión de Inspección, pero que es fecha que ésta no ha remitido nada a la Auditoría Superior y que por ello nada se ha revisado.

En el Congreso dicen que ya enviaron la información a la Auditoría, pero no presentan documento alguno que así lo compruebe.

En el caso de la revisión a la cuenta pública del Congreso, aseguran que en mayo pasado el secretario general Alfredo Argüelles Basave le envió a Godoy Pelayo unas tarjetas informativas sobre los gastos realizados en el 2006, mismas que el Auditor remitió al presidente de la Comisión de Administración, Jorge Arana Arana, subrayándole que dicha información no cumplía con los requisitos para poder realizar la revisión correspondiente.

Además de que es la Comisión de Administración la responsable de enviar a la Auditoría Superior la información de la Cuenta Pública y no la Secretaría General del Congreso, es fecha que Arana Arana no ha enviado tampoco nada al Auditor Superior.

Dice un refrán: “sospecha mal y acertarás”.