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Julio César Hernández
¿Qué pasó con el Partido Nueva Alianza en Jalisco? ¿Dónde quedó la fuerza del magisterio que le daba supuestamente ese “punch” a un partido que logró ser la gran sensación en las pasadas elecciones del 2006? ¿Por qué ninguno de sus candidatos a diputados locales que postuló en los distritos uno, 12 y 18 ganó el pasado domingo cinco?
En su momento, hubo algunos militantes de Nueva Alianza -y así lo referimos en este espacio- que advirtieron de ese riesgo de que como parte de una coalición no lograrán alcanzar el 3.5% de la votación para mantener su registro en el estado. Lo mismo hicieron en Oaxaca, con coalición, y lo mismo les sucedió: perdieron el registro estatal y no tuvieron candidatos en este 2009.
Pero hoy la fe y la confianza estaba puesta en esa mancuerna política entre PRI y Nueva Alianza. Mucho se confió en el “voto duro” y en la estructura del magisterio para sacar avante las candidaturas de Manuel Hermosillo en el distrito uno y de Carlos Alvarado en el distrito 18, como concesiones que se les dio a los dirigentes de las secciones 16 y 47 del magisterio.
Sin embargo, ni Fleury Carrasquedo ni J. Guadalupe Madera, dirigentes de ambas Secciones, lograron sacar avantes a sus candidatos. Y pese al esfuerzo personal del candidato en el distrito 12, Enrique Trejo, colocando contra la pared al panista Alfredo Argüelles, candidato ganador por escaso margen en un distrito donde siempre lo habían ganado con amplia ventaja, tampoco aquí lograron la victoria.
Hoy Trejo está peleando su entrada al Congreso del Estado por la vía del repechaje.
¿Dónde quedó ahora aquel partido que en el 2006 fue capaz de hacer llegar al Congreso del Estado dos diputados bajo la tonadita aquella que inundó la radio y la televisión del “uno de tres”?
¿Dónde quedó la estructura del magisterio para sacar adelante las candidaturas de Hermosillo y Alvarado? Todos la vimos, más bien, en las reuniones que los medios de comunicación reportaron sostuvieron con los candidatos panistas a la alcaldía, Jorge Salinas, y el propio Alfredo Argüelles. Ahí vieron a los profesores, supuesta fortaleza para apoyar a los candidatos de Nueva Alianza. 
Menudas cuentas le entregaron Carrasquedo y Madera a la maestra Elba Esther Gordillo. Ellos, pues, cargan con una gran responsabilidad del fracaso de Nueva Alianza. Y que no vengan ahora con que ellos nada tuvieron que ver, porque precisamente eso provocó la derrota: nada hicieron, o fue muy poco, para ganar.