Andrés Manuel López Obrador vino a Jalisco y cerró -quizás para algunos- la última rendija de esperanza de una alianza en el estado entre su partido, Morena, y el de Enrique Alfaro Ramírez, Movimiento Ciudadano.
Ahí junto a López Obrador estuvo quien se autoimpuso la encomienda de buscar y lograr una alianza que nunca comenzó: Carlos Lomelí Bolaños. Pero el propio diputado federal, gracias al partido alfarista y hoy en las filas lópezobradoristas, ya se convenció de que eso fue imposible y hoy le da vuelta al tema.
Ante la falta de un posicionamiento definitivo del dirigente nacional del partido Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro,  sobre si se suma o no a la construcción de un Frente Amplio Opositor, queda la sospecha de que aún tiene la esperanza de lograr “refugiarse” a la sombra de Morena a la que le ha enviado algunos “coqueteos” y no ha rechazado del todo de manera pública.
Dicen que al buen entendedor pocas palabras, y el propio López Obrador ya dijo que en 2018 sólo irá de la mano del Partido del Trabajo (PT), que fundó el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Pero independientemente del rumbo que tomaran las negociaciones a nivel nacional, dentro y fuera del partido Movimiento Ciudadano en Jalisco había no pocos que aún mantenían la esperanza de lograr un “matrimonio” con Morena, más allá de las posibles negociaciones que el alfarismo sostiene con el Grupo Universidad y el Partido de la Revolución Democrática y los intentos que desde el CEN del PAN algunos albiazules hacen por ser aliados de Movimiento Ciudadano el año próximo, aquí López Obrador dejó bien claro que nada quiere con el partido del que en 2012 fue aliado.
Y no necesitó ser explícito ni declararlo textualmente para que el alfarismo lo escuchara y entendiera. Bastó que se refiriera a la reciente postura de Enrique Alfaro sobre la construcción de la presa El Zapotillo para manifestar lo que piensa de Movimiento Ciudadano y la corriente política a la que pertenece.
Allá en el municipio de Degollado expresó:
“Ahora se pueden decir muchas cosas con ganas de obtener votos. Hay que ser muy responsables. (En) Movimiento Ciudadano son muy dados a la demagogia, a ofrecer cosas y luego no cumplen”.
Por supuesto que infinidad de escenas sobre los casi dos años de gobierno de MC en la zona metropolitana se vinieron a la mente de quienes escucharon a López Obrador para confirmar que no estaba equivocado. Pero además de esto, con el concepto que Andrés Manuel tiene del partido alfarista queda demostrado que Morena nunca buscará ir en alianza con éste en el próximo proceso electoral.
No fue necesario mencionar al alcalde de Guadalajara por su nombre ni recordar las razones del por qué después de 2012 López Obrador ya no confía en Alfaro Ramírez como para volver a concretar una alianza electoral.
Y quienes veían esa tímida luz de esperanza de un posible “romance” entre “morenos” y “naranjas”, no pudieron sino más que lanzar un gesto de resignación confiados en la fuerza del apellido Alfaro que aún mantiene a su partido Movimiento Ciudadano con la confianza de obtener la gubernatura y repetir en los ayuntamientos que hoy gobierna.
Al tiempo.