Por Julio César Hernández

Todo parece indicar que en eso de la reforma electoral, el PRI se quedará solo en su propósito de romper con la concurrencia electoral y volver a los viejos tiempos en los que las elecciones federales se efectuaban en julio y las locales en noviembre.

Y es que las bancadas del PAN y del PRD han coincidido en que lo mejor es mantener una sola jornada electoral, pues no coinciden con los priístas que con este método el gobierno panista en turno destina recursos públicos a acciones de gobierno que coloca en ventaja a sus candidatos.

El diputado Juan Carlos Castellanos, coordinador de los legisladores priístas, refirió que con elecciones concurrentes, el PRI está en desventaja frente al PAN, su principal adversario, pero los diputados Jorge Salinas, del PAN, y Enrique Alfaro, del PRD, coincidieron en que independientemente de las fechas, las acciones de gobierno siempre influirán en los comicios, como ocurría cuando el PRI estaba en el poder.

Así, pues, en materia de fechas electorales, parece que no habrá cambios, aunque sí en lo que se refiere a la toma de posición de las autoridades estatales y municipales, a fin de no dejar abierto el plazo entre la elección y la fecha en que asumen el poder, que va de seis a coho meses para las alcaldías y la gubernatura, respectivamente.