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Alfonso Javier Márquez

Emilio todavía quiere ser presidente. La muerte de Juan Camino Mouriño y la posterior coyuntura que vive el Partido Acción Nacional reavivaron la pretensión del gobernador de Jalisco por buscar la candidatura a la presidencia de la república dentro de dos años.

Desde la muerte del entonces secretario de gobernación el PAN se quedó sin un candidato claro a la sucesión presidencial y los malos resultados de ese partido en el proceso electoral intermedio causaron una sacudida en la que ninguno de los grandes clanes tiene el control del mismo, por el contrario, viven una sorda confrontación.

Esto, aunado a que Televisa lo eligió para participar como representante de los panistas en el debate del mes antepasado en el que estuvieron los mas probables candidatos del PRD, Marcelo Ebrard y del PRI, Enrique Peña Nieto, abrió de nuevo la posibilidad de Emilio González Márquez porque le dio estatus de pre candidato al ponerlo frente a los dos que si lo son en una mesa en la que –aunque difiero- mucho dicen que hizo muy buen papel como debatiente y defensor de los gobiernos blanquiazules

Al gobernador de Jalisco, a pesar de que en su estado no le ha ido del todo bien ante la opinión pública, sobre todo a raíz de la tristemente célebre mentada de madre, no lo ven mal en la ciudad de México en las altas esferas de Los Pinos. Hace un par de meses recibió el privilegio de ser el único gobernador que ha dormido en la residencia oficial a invitación del presidente lo que deja en evidencia que no está del todo lejana la idea de que el presidente esté en busca de sucesor y Emilio pueda ser una posibilidad interesante.

La realización de la cumbre de líderes de América del Norte en Guadalajara le dio al gobernador un aparador inigualable para hacerse ver no solo en el panorama nacional sino allende las fronteras de México.

No sería descabellado pensar que en el transcurso de este mismo año o probablemente a principios del otro reciba invitación del presidente a integrarse al gabinete federal con objeto de quitarle el lastre que significa la opinión de los jaliscienses sobre su gobernador y por otro lado colocarlo en un sitio en donde pueda construir una candidatura hacia lo que le ha quitado el sueño al hombre de Lagos de Moreno desde hace tres años y hoy es azuzado por quienes integran su equipo cercano.