Gilberto Pérez Castillo
El gobernador Emilio González Márquez llegó a un elevado grado de irresponsabilidad cuando acusó a los funcionarios de la Universidad de Guadalajara -y en especial al exrector Raúl Padilla López- de amenazarlo de muerte.
Mucho más irresponsable se vio cuando en su afán mesiánico involucró hasta a su propia familia, sugiriendo que las supuestas amenazas de muerte podrían incluirla.
Emilio González, que se cree gracioso, es capaz de llegar a lo grotesco cuando de cuidar sus intereses políticos se trata. Y grotesco se vio cuando dolosamente trató de confundir a la opinión pública acusando a los universitarios de haberle enviado un par de calaveras como supuesta amenaza de muerte.
Confundir mañosamente las calaveritas entregadas con la Santa Muerte y tratar de construir supuestas amenazas de muerte es llevar el nivel de la confrontación política a terrenos muy peligrosos.
Emilio González no debe olvidar que quien irresponsablemente siembra vientos acaba cosechando tempestades.