Gilberto Pérez Castillo

Aunque algunos tratan de justificar la majadera conducta de Emilio González Márquez durante la cena del Banco Diocesano de Alimentos, en la que se dio el lujo, en completo estado de ebriedad, de mentarles la madre a quienes no piensan como él, lo cierto es que el gobernador panista ha tenido varias demostraciones públicas de su debilidad por el alcóhol y de su proclividad a mezclar éste con los asuntos de su encargo público.

Como se recordará, en la primera reunión que celebró como gobernador con el grupo político que controla a la Universidad de Guadalajara, la comida en Casa Jalisco se prolongó hasta altas horas de la noche porque Emilio González se sintió contento y en la sobremesa le dio por darle con gusto al tequila, mientras sus contertulios se asombraban de ver el comportamiento del panista.

Meses después, luego de una reunión en Casa Jalisco, el gobernador y su equipo de gobierno se fueron a comer al restaurante Corazón de Alcachofa, donde se encontraron a varios empresarios, al Rector General de la Universidad de Guadalajara Carlos Briseño (quien se encargó de convocar a Arturo Zamora) y a un Consejero Electoral. Ese día, también la sobremesa se puso tequilera y Emilio González salió del lugar bastante afectado por el alcóhol

Otra más fue la comida del reencuentro en La Estancia Gaucha con Francisco Ramírez Acuña, luego de que éste dejara la Secretaría de Gobernación, de la cual también Emilio González salió en completo estado de ebriedad, rodeado de sus colaboradores para tratar de que los medios de comunicación no captaran las condiciones en que, ya noche, el Gobernador abandonó el restaurante.

Finalmente está la borrachera de este miércoles en la que, al participar en la cena del Banco Diocesano de Alimentos, Emilio González dejó ver su otro yo.