Mientras los muchachos de Futuro Jalisco batallan por convencer que este nuevo partido estatal no es “de” Pedro Kumamoto Aguilar sino creación de todos ellos, en Hagamos Jalisco no se agobian ni preocupan por negar su relación directa con el Grupo Universidad que comanda el ex rector Raúl Padilla López, quien también mantiene aún el control del Partido de la Revolución Democrática en Jalisco.

Con el diputado del PRD, Enrique Velázquez -quien ganó cobijado también por las siglas de Movimiento Ciudadano- a la cabeza, y con la participación de universitarios como Mara Robles Villaseñor y Alberto Galarza, diputada y senador del partido alfarista, entre otros, se fundó Hagamos Jalisco sin mayores problemas y con la confianza que da tener el control de una estructura bien “aceitada” que mucho ayudó a no padecer problemas para cumplir los requisitos de ley.

Hoy comanda este partido Ernesto Gutiérrez Guízar, un joven sin antecedentes políticos partidistas que fue designado para sustituir, porque así convenía a su estrategia, a Enrique Velázquez.

A diferencia de Futuro Jalisco que, a excepción de Kumamoto, jugará con rostros nuevos en el escenario político, lo que es un arma de doble filo, con sus pros y sus contras, en Hagamos Jalisco seguramente veremos caras conocidas, algunas ya con experiencia política partidista y otras universitaria o académicas, pero todas bajo el sello “padillista”, lo que para no pocos es una desventaja y para otros una ventaja.

El primer gran reto de este nuevo partido -como de Futuro Jalisco también-, será asegurar el voto de quienes se registraron como militantes: 25 mil 596 afiliados -de los 15 mil 389 que se exgían por ley-, y no dejar que se queden en el camino o terminen votando por otros partidos. Y después de esto, haber convencido al número de ciudadanos necesarios a votar a su favor para cumplir con el porcentaje requerido y mantener el registro.

Pero la gran duda es: ¿El sello que llevan del Grupo Universidad sumará o ahuyentará a votantes? ¿Qué atractivo tiene para la ciudadanía en general un partido estatal identificado plenamente con el grupo universitario y su jefe político Padilla López? ¿Qué espacios jugará Hagamos Jalisco? ¿Cuántas presidencias municipales? ¿Cuántas diputaciones? ¿Lograrán integrar los 125 comités municipales? ¿Lograrán cubrir todo el territorio jalisciense en donde, por ejemplo, no tienen Centros Universitarios? ¿Cuál será su discurso que logre convencer al electorado de que vale la pena votar por Hagamos?

Otras preguntas que surgen son: ¿De veras Hagamos jugará solo o habrá alianza de facto con el partido Movimiento Ciudadano o con el propio PRD? No olvidemos que el Grupo Universidad fue aliado del alfarismo en las elecciones del 2018. ¿Terminará al haber logrado el registro de su propio partido o, por el contrario, será el instrumento para fortalecerla, valiéndose de diversos recursos sin que ponga en riesgo su propia existencia en apenas unos poco meses de vida?

Con Hagamos Jalisco, el Grupo Universidad parece que se juega su futuro en el escenario político partidista de Jalisco, pues con el PRD ha fracasado electoralmente y ya no tiene mayor margen de recuperar terreno.

Habrá que ver, pues, cuál es el andar de Hagamos Jalisco en los siguientes meses, con lo que quizás podamos ir vislumbrando si su aparición en la escena política es o no su debut y despedida.

Al tiempo…