Como “balde de agua fría” debió caerle al partido Movimiento Ciudadano y a los alfaristas la tremenda “barrida” que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación les propinaron al echarles para atrás las reformas electorales que aprobaron en complicidad los diputados de MC y del PAN, estos últimos autores intelectuales del “madruguete”. Literal.

A nadie le pasó desapercibido que estas fallidas reformas tenían como propósito principal debilitar a los adversarios del “matrimonio” MC-PAN en los próximos comicios del 2021, y quisieron pasarse de “vivos” con modificaciones a modo que resultaron un fracaso.

La resolución de la Corte y la reacción de los emecistas y panistas a ella, dejó al descubierto que en las filas naranjas y en el gobierno mismo hay temor -por no decir pavor- de que la tradicional historia electoral en Jalisco se siga cumpliendo el año próximo: Que el partido en el gobierno pierde las elecciones intermedias. Le sucedió al PAN y le sucedió al PRI. Ahora le puede ocurrir a Movimiento Ciudadano, ¿por qué no?

La presencia de Morena, con la fuerza que le da ser el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, no obstante sus actuales divisiones internas, y la aparición de partidos locales que pueden arrancarle simpatizantes y votantes a Movimiento Ciudadano, particularmente, ha modificado el escenario ya de por sí incierto que tiene el partido del gobernador Enrique Alfaro Ramírez para los próximos comicios.

El “arma” que la dupla emecistas-panistas se sacó “de la manga” fue esta fallida reforma electoral que la Suprema Corte terminó por lanzarla al “cesto de la basura” en un “tris”:

  1. Invalidó la reducción de tiempos de campaña. Volverán a ser 60 días y 30 de precampaña.
  2. Invalidó que el período electoral inicie hasta enero próximo, para que se respete el calendario establecido de que sea el 15 de octubre.
  3. Invalidó la pretensión de darle menos dinero a los partidos políticos en años no electorales. La reforma aprobada establecía que se multiplicara el padrón electoral por el 20% de la UMA, pero la Corte les hizo ver que debe ser por el 65% como ya estaba contemplado y lo establece ya la normatividad federal.
  4. Invalidó “una porción de la normatividad que tenía como efecto distorsionar el sistema de representación proporcional previsto en la Constitución general, al privilegiar al partido que obtuvo el porcentaje más alto de la votación efectiva”. O sea, elimina el 5% más del porcentaje de votación obtenida al partido que obtuvo ese mayor porcentaje de la votación, mejor conocida como la “cláusula de gobernabilidad”, ya desaparecida a nivel federal.
  5. Invalidó las reformas “que sancionaban la difusión de propaganda política o electoral que contenga expresiones que calumnien a las instituciones o partidos políticos, ya que la protección constitucional contra la calumnia solo protege a las personas”.

Estas reformas legislativas invalidadas por la Suprema Corte reconfirmaron la pobre capacidad de nuestros diputados que las aprobaron y dejaron en evidencia su servilismo para votar a favor sin tener la decencia ni honestidad de discutirlas, sabedores de que su único objetivo era debilitar al adversario y evitar hasta donde fuera posible el riesgo de que el partido en el gobierno sea el gran perdedor de las elecciones intermedias del 2021.

Sin duda, como lo observó un agudo político muy cercano al Congreso del Estado, al gobernador Alfaro Ramírez, a los alfaristas y al partido Movimiento Ciudadano, les salió demasiado caro una reforma electoral que finalmente no sirvió para nada. Y sin duda que el gran ganador con ella fue el grupo que controla el partido Acción Nacional, pero que no queda exento del ridículo en el que los dejaron los ministros.

Así, pues, luego del severo “descalabro” que les propinó la Suprema Corte, el gobernador Alfaro Ramírez, como jefe político de Movimiento Ciudadano, y su equipo, tendrá que construir una nueva estrategia que sean capaces de aplicar con carácter de urgente sus operadores al frente de MC a nivel nacional y estatal, Clemente Castañeda y Ricardo Rodríguez, y que no puede estar sustentada sólo en críticas y enfrentamiento al y con el presidente de la República, cayendo en aquel refrán que reza: “ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.

Y es que este revés que la Corte le propinó al alfarismo y al sector de panistas aliados, no es cosa menor para el proyecto que tienen para el 2024, pasando por el 2021.

Y si no, al tiempo…