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Julio César Hernández
Mientras que José Manuel Carrillo Rubio, ex secretario de Organización del comité estatal del PRI, sale en defensa de su persona y del ex dirigente Javier Guízar Macías, dice a quienes quieren escucharlo que pese a que renunciaron a sus cargos ellos no hicieron nada malo, la dirigente nacional, Beatriz Paredes Rangel, vino a ponerlos en su lugar y fue lapidaria en su declaración:
“Nosotros no vamos a permitir un proceso de regresión a prácticas viciosas en el PRI”, dijo, luego de destacar que ella, a diferencia de otro dirigente nacional, no iba a cerrar los ojos a la crisis que vivió su partido hace algunas semanas y que terminó con la destitución de su dirigente Guízar Macías, aunque ella matizó al decir que “aceptamos la renuncia del presidente estatal”.
Al participar en un programa dominical donde estuvo acompañada de los candidatos a las alcaldías metropolitanas y algunos a diputaciones locales y federales, y cuestionada sobre en qué se equivocó Guízar Macías, la dirigente priista explicó:
“El PRI es un partido muy grande, donde tienes que tener la decisión de inclusión, de articulación de todas las corrientes, y tienes que darle su lugar a quienes son los que presidirán los Ayuntamientos. Me parece que hubo un proceso de negociación incompleta en los esfuerzos que se realizaron.
“Él (Guízar) lo valoró, valoró el grado de tensión que existía en el partido, y tomó la decisión de renunciar”.
Finalmente, luego de lo vivido por los priistas jaliscienses que los llevó a una severa crísis, Paredes Rangel les exigió a “estar atentos” de ahora en adelante.