Mucho tiene que explicar y aclarar el Presidente Municipal de Tlaquepaque, Hernán Cortés Berumen, acerca de la contratación y remoción en sólo dos meses de quien fuera hasta ayer el Director de Seguridad Pública de su gobierno, Miguel Ángel Ibarra Hernández.
Por lo que ha trascendido, en estos escasos dos meses en los que ha tenido a su cargo el gobierno municipal Hernán Cortés, los índices de delincuencia han subido en Tlaquepaque, entre otras cosas por la caída de la moral en la corporación, relacionada con la prepotencia y las actitudes del Ibarra Hernández y el equipo de colaboradores que trajo con él.
También se han detectado irregularidades graves de tipo administrativo y casos de nepotismo.
A esto hay que agregarle que la creación del llamado Grupo Lince, que tendría supuestamente asignadas tareas de inteligencia para combatir el narcomenudeo, también dejó más dudas que respuestas acerca de sus verdaderos objetivos.
Los errores de comunicación cometidos por Hernán Cortés y su equipo dejan entrever que lo que ha generado la salida de Ibarra Hernández es más grave de lo que el alcalde intenta hacer creer.
Primero trataron de mantener en secreto la salida del jefe policiaco y cuando ya no pudieron detener la información incurrieron en contradicciones, dando fechas diferentes de la presentación de la renuncia, trataron de hacer creer la clásica salida por motivos personales, no pudieron explicar porqué además se va también alrededor de una decena de mandos de la corporación y la también relacionada salida del Director Jurídico del Ayuntamiento.
Y todo esto a escasos dos meses de iniciada la administración.