Si no hay cambio de agenda, hoy Jesús Pablo Lemus Navarro acudirá -sin necesidad ni obligación alguna de hacerlo- a “registrarse” al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana como precandidato del partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura. Quizás lo haga porque tenga la necesidad de los “reflectores” que no atrajo cuando lo hizo en la Ciudad de México y porque tendría oportunidad de que lo acompañen las “fuerzas vivas naranjas” jaliscienses.

“En casa” tiene oportunidad de armar los escenarios mediáticos que tanto le gustan y que le dieron buenos resultados en las redes sociales, pero deberá ser muy cauto y prudente para no incurrir en el error cometido por los promotores de Xóchitl Gálvez que la “inflaron” con una cuantiosa inversión y que hoy simplemente se estancó y con un alto riesgo de venirse abajo. Lemus corre ese riesgo.

Al registrarse en la sede nacional de MC, Lemus Navarro dijo al inicio de su discurso: “Con mucha alegría me vengo a registrar como precandidato de Movimiento Ciudadano; con mucha alegría, pero también con mucha humildad…”.

Si esto que dijo lo hizo verdaderamente con sinceridad -no son pocos en MC que lo ponen en duda-, hoy es el día indicado y con el mejor escenario montado para que públicamente se disculpe con el coordinador estatal del partido, Manuel Romo Parra, y con el aún secretario del Sistema de Asistencia Social, Alberto Esquer Gutiérrez, a quienes no una sino varias veces ofendió públicamente hace un año llamándolos “arrastrados” y “arribistas”, y llegó, incluso, al colmo de exigir su renuncia de los cargos que aún hoy ambos ocupan.

Lemus Navarro se disculpó públicamente con el senador Clemente Castañeda, en aquella Convención Nacional de MC el cinco de diciembre del año pasado, a quien también había calificado de “perdedor” y acusó de confabularse con Esquer, Romo, Salvador Zamora y Verónica Delgadillo para despojarlo de la candidatura al gobierno del Estado que en aquella ocasión aún no tenía, pero no lo ha hecho con Romo y Esquer.

“Clemente, sabes del respeto y del cariño que te tengo y que siempre, como lo hemos hecho a lo largo de estos ocho años, vamos a seguir construyendo juntos, porque nosotros, y lo platicamos hoy en la mañana, tenemos mucho porvenir…”, le dijo en aquella ocasión ante la “crema y nata” de Movimiento Ciudadano encabezada por Dante Delgado, olvidándose de que poco después de llegar al Ayuntamiento de Zapopan en 2015, prácticamente sacó del gobierno a quienes pertenecen al equipo del senador.

El pasado miércoles primero de noviembre -hace dos días- se cumplió un año de las ofensas proferidas por un soberbio Lemus Navarro a Romo Parra y Esquer Gutiérrez, y es hora de que no se ha retractado públicamente de sus dichos y mucho menos se ha disculpado con los agredidos. Los insultó públicamente, públicamente debe disculparse.

Y es que para hacer su precampaña, primero, y su campaña después, Jesús Pablo requerirá del apoyo del dirigente de MC, Manuel Romo; del partido que encabeza Romo Gutiérrez; de la estructura del partido que Romo siguió construyendo después del triunfo del 2018; del trabajo coordinado de esa estructura que Manuel organizó; de la maquinaria “naranja” en todo el estado que el presidente del partido “aceitó”. En una palabra: Lemus Navarro necesita del trabajo realizado por Manuel Romo Parra.

Jesús Pablo Lemus necesitará -y seguramente se lo solicitará-, del apoyo de Alberto Esquer Gutiérrez para que lo conozcan fuera de la zona metropolitana de Guadalajara, y concretamente más allá del Paseo Alcalde; requerirá de que Alberto lo acerque a todos aquellos con los que a lo largo y ancho del estado concretó alianzas para el éxito de los programas sociales del gobierno del Estado; con aquellos con quienes Esquer también “amarró” apoyos y acuerdos políticos para el futuro. Necesitará de las “influencias” de Esquer Gutiérrez para ser recibido y escuchado en zonas y regiones del estado que el aún secretario conoce como la palma de su mano.

Ante las agresiones verbales de Jesús Pablo Lemus, Romo Parra y Esquer Gutiérrez demostraron madurez, sensatez e inteligencia, y antepusieron a cualquier reacción personal su institucionalidad, apostando quizás a que el tiempo pondría a cada quien -al agresor y a los agredidos- en su lugar.

Si no miente -como sus propios aliados lo acusan que suele hacerlo-, Lemus Navarro debe tener la “humildad” para disculparse públicamente con Manuel Romo y Alberto Esquer. No hacerlo, confirmará lo que propios y extraños le advirtieron en su momento al gobernador Alfaro Ramírez: que no era una persona de fiar.

Y si no, al tiempo…