Por Julio César Hernández

Hay quienes quieren que nos creamos el cuento de que nuestros prestidigitadores de Palacio de Gobierno tuvieron razón en su anuncio de que la zona metropolitana sería víctima de una tromba de fin de semana, con la granizada que cayó la noche del lunes sobre la parte sur, afectando una importante zona de Tlaquepaque.


Si a esas vamos, cualquiera puede hacer predicciones en tiempo de lluvias con la garantía de que no se equivocará si anuncia grandes inundaciones en la metrópoli.


Claro, en caso de que la naturaleza se atreva a contradecirnos, podemos decir fácilmente que qué bueno que nuestra predicción no se cumplió para beneficio de la población o, bien, argumentar que todo fue un ¡complot!


Y asunto resuelto, asegurando que habrá más de un ingenuo que nos la crea y hasta aplauda porque lo advertimos y no nos hicieron caso.


Pero no, las cosas no son así. Sin embargo, habría que decir que de los graves y severos daños que provocó la granizada nocturna sobre gran parte del cerro del Cuatro, no pueden deslindarse ni las autoridades estatales ni las municipales, mucho menos cuando se hizo un pronóstico, si a él nos atenemos.


Veamos por qué. Las autoridades estatales advirtieron que una megatormenta azotaría la zona metropolitana la noche del sábado y parte del domingo, y recomendaron a la población que tomara las precauciones necesarias para evitar tragedias.


Hubo gente que se lo creyó y hasta suspendió festejos que tenía programados al aire libre, como la celebración de unos 15 años.


A su vez, hubo una reunión del equipo de seguridad y protección civil en Casa Jalisco, donde se supone que también se tomaron las medidas pertinentes de seguridad y protección para la población, principalmente para aquella que se encuentra asentada en zonas de riesgo.


Se supone que eso planearon. Trazaron estrategias, se repartieron responsabilidades y todas esas medidas que para el caso anunciado deberían de tomarse, en una reunión que duró varias horas –dicen que inició a las 10 de la mañana y concluyó a las seis de la tarde-.


Sin embargo, todo parece indicar que al no haberse hecho realidad su predicción, las propias autoridades “soltaron el cuerpo” y no obstante que estamos en el temporal de lluvias, la granizada del lunes en la noche los agarró “chiflando en la loma”.


O sea que al no haberse presentado la megatormenta, “rompieron” con las estrategias y las medidas de seguridad y protección que habían planeado para una contingencia, y ahí tenemos las consecuencias de ello.


Queremos suponer que la zona que fue víctima de la granizada, está considerada como de “riesgo”. Si es así, ¿qué medidas se habían tomado para esa zona en particular en caso de que se hubiese presentado la megatormenta?


¿Acaso no se tenía previsto lo que sucedería en esa área en caso de una fuerte tormenta? ¿No se previó colocar muros de contención para evitar que las aguas arrasaran con todo lo que encontraran a su paso?


Si había esas medidas, ¿por qué no se aplicaron para evitar las consecuencias de la granizada? Y si no las había, ¿por qué no?