En abril del 2004, cuando ejercía como Alcalde de Guadalajara, a Emilio González Márquez le estalló un escándalo al descubrirse que había contratado a tres de sus cuñados para que trabajaran en el Ayuntamiento tapatío.

Los nombres de los beneficiarios eran Eduardo Agredano, José Luis Martínez y Carlos Díaz. Además de ellos, desde antes de su llegada ya laboraba en Guadalajara su hermana Ofelia González Márquez. Los tres primeros fueron obligados a renunciar, no así la hermana ni Santiago Baeza, Director de Cultura nombrado por Emilio, quien está casado con una de sus sobrinas.

No obstante la irregularidad del nepotismo cometido, Emilio hizo berrinche hace tres años y a regañadientes aceptó que sus parientes dejaran sus cargos públicos.

Ahora como Gobernador Emilio vuelve a las andadas y ya tiene trabajando en el Siapa a su hermano Samuel, quien cobrará un sueldo de 99 mil pesos mensuales, y a su cuñada María Graciela Guzmán de León, quien con un sueldo de 22 mil pesos será la Coordinadora de la Casa Jalisco.

En el caso de la contratación de Samuel González Márquez, se ha tratado de vender la idea de que se trató de una iniciativa del titular de esa dependencia, Rodolfo Ocampo Velázquez, mismo truco que trataron de usar hace tres años, señalando que los responsables de las dependencias donde laboraban los cuñados de Emilio los habían contratado sin consultarle.

Resulta ridículo que traten de explicar así un caso tan descarado de nepotismo, como resulta inexplicable que a estas alturas Emilio González reincida en aprovecharse de su cargo para beneficiar a sus familiares con la nómina gubernamental.